Reflexiones Bíblicas

San Mateo 21,28-32

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J



Comentario del Evangelio por Isaac de Estela : Salir del pecado significa entrar en el Reino de Dios 

"¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: 'Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña'. El respondió: 'No quiero'. Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: 'Voy, Señor', pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?". "El primero", le respondieron. Jesús les dijo: "Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios. En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él. 

Comentario del Evangelio por Isaac de Estela
Salir del pecado significa entrar en el Reino de Dios

Hermanos, es el momento de salir cada uno de sus pecados. Salgamos de nuestra Babilonia para encontrar a Dios, nuestro Salvador, como nos lo recomienda el profeta: “Prepárate, Israel, a comparecer ante Dios que viene.” (cf Am 4,12) Salgamos del abismo de nuestro pecado y aceptemos partir hacia el Señor que asumió “una naturaleza semejante a la del pecado” (Rm 8,3) Salgamos de la voluntad de pecado y caminemos en la penitencia por nuestros pecados. Entonces encontraremos a Cristo, él que ha expiado el pecado que no había cometido. Entonces, aquel que otorga la salvación a los arrepentidos, nos salvará: “Hará misericordia a los que se convierten.” (cf Eclo 17,29)

Me diréis: ...”Quién es capaz de salir, por sí mismo, del pecado? Sí, efectivamente, el mayor pecado es el apego al pecado, el deseo de pecar. ¡Sal, pues, de este deseo,... odia al pecado y saldrás de él! Si odias al pecado has encontrado a Cristo allí donde se encuentra. Quien odia al pecado...Cristo le perdona la falta esperando arrancar de raíz nuestros malos hábitos.

Aún me diréis que esto es mucho pedir y que sin la gracia de Dios es imposible para el hombre odiar su pecado y desear la justicia: “¡Que den gracias al Señor por su amor, por las maravillas que hace con los hombres!” (Sal 106,8)... Oh Señor de mano poderosa, Jesús lleno de poder, ven a liberar mi razón cautiva del espíritu de la ignorancia, y a arrancar mi voluntad de la peste de sus concupiscencias. Libera mis capacidades para que pueda actuar con fortaleza, tal como lo deseo de todo corazón.