Reflexiones Bíblicas

San Mateo 5,38-42

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente". Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehuyas." 

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El sermón de la montaña está lleno de formulaciones extremas que, a veces, entendidas al pie de la letra, no han llevado a una justa comprensión del mismo. Y éste es el caso del evangelio de hoy que comienza con una ley que en su tiempo tuvo una importancia tremenda para poner límite a la violencia sin límite, la ley del talión: "Ojo por ojo y diente por diente" (Ex 21,3). Con esta sentencia se pretendía frenar la violencia respondiendo siempre en la misma medida al agravio, ofensa o daño sufrido.
Jesús quiere poner fin a esta ola de violencia y propone algo que puede resultarnos conformista: "No hagan frente al que les agravie…". Si el cristiano lleva a la práctica al pie de la letra esta frase de Jesús puede confundirse con un conformista. Pero éste no es el sentido de las palabras de Jesús. El cristiano, con tal de poner fin a la violencia, debe estar dispuesto incluso a llegar a esa situación extrema de no hacer frente al que le agravia, de poner la mejilla izquierda al que le ha abofeteado la derecha, de dejar la capa al que le ha puesto pleito para quitarle la túnica, de acompañar dos millas al que le fuerza a caminar una, etc… El cristiano debe estar dispuesto a sorprender al otro hasta hacerlo salir del camino de la violencia y de la venganza e introducirlo por el camino del amor que rechaza toda violencia. Esto es lo que quiere decir Jesús y no que seamos resignados o conformistas… 
Cada uno deberá ingeniárselas para saber cuál es la actitud que debe seguir para romper esa cadena de odio, de violencia y de venganza sin límite que siempre conduce a la muerte y nunca a la vida.