Reflexiones Bíblicas

San Mateo 6,24-34

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? 

¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y yo os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos." 


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Jesús no está en contra del dinero, necesario para vivir, sino contra la acumulación de dinero en la medida en que la acumulación indebida impide el desarrollo humano de otros. Esto es lo malo. Y, por eso, Jesús invita a observar el comportamiento de los pájaros del cielo y de los lirios del campo. De los primeros dice que “ni siembran, ni siegan, ni almacenan”, esto es, están preocupados por el día a día, pero no se agobian acumulando para el mañana –que es lo que hace la mayor parte de la gente de nuestro mundo, buscando la seguridad para el futuro en la acumulación de bienes terrenales; los segundos no trabajan ni hilan, esto es, no se preocupan por tener más vestidos, contentándose con el que ya tienen.

Sin embargo, ni los pájaros del cielo, ni los lirios del campo están inactivos, pues los unos son animales inquietos, que se mueven constantemente de un lado para otro en busca de comida, y los otros están bien enraizados en la tierra para extraerle su jugo. Ambos están preocupados por el hoy, pero no agobiados con el mañana, que aún no ha llegado. 

Jesús no invita a que nos descuidemos de buscar el sustento, sino a que no nos agobiemos acumulando para un mañana que no depende de nosotros. Y, sobre todo, nos llama a centrar nuestra atención en la búsqueda del reino de Dios y su justicia, o lo que es igual, de la justicia del reino. Dicho de otro modo, el cristiano debe preocuparse principalmente por hacer que Dios reine en el mundo, haciendo renacer una sociedad, basada en la creación de vínculos de amor, justicia y solidaridad entre los hombres y no en el amor al dinero; esto es lo principal. Y nosotros ¿de qué nos ocupamos?