Reflexiones Bíblicas

San Mateo 8, 18-22

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

Sígueme 

En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de atravesar a la otra orilla. Se le acercó un escriba y le dijo: "Maestro, te seguiré adonde vayas." Jesús le respondió: "Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza." Otro, que era discípulo, le dijo: "Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre." Jesús le replicó: "Tú, sígueme. Deja que los muertos entierren a sus muertos." 

COMENTARIOS
Por lo general interpretamos la respuesta de Jesús al escriba y a otro de los discípulos como una negativa a lo que ellos proponen, pero claramente no es así. El escriba que aborda a Jesús justo antes de atravesar el lago, le pide autorización para seguirlo a cualquier lugar a donde Jesús se dirigiese. Todos sabían que el grupo iba a atravesar el lago de Galilea, sin embargo la respuesta de Jesús va más allá de lo que pueda ocurrir en la otra orilla. Por esta razón, la exigencia que Jesús anuncia con la comparación con la zorra pone en guardia al escriba, para que aprenda a discernir el alcance del seguimiento de Jesús. No se trata de ir solamente junto a los extranjeros que habitan de la otra parte del lago, sino de estar dispuesto a seguir a Jesús donde él este presente y en las condiciones de vida que la misión exija. El que quiera seguir a Jesús debe estar dispuesto a estar completamente libre de cualquier atadura o seguridad. La libertad exige tal desprendimiento y precariedad que ni siquiera debemos apegarnos a los refugios ocasionales, como hace la zorra con su madriguera.

Una situación similar le ocurre al que pide ‘sepultar a sus padres’. El discípulo no le estaba pidiendo a Jesús que lo dejara ir a un funeral, sino que le permitiera quedarse en casa por el tiempo que vivieran sus padres. Jesús exhorta al discípulo a no buscar excusas tontas para no seguirlo. El que quiera seguir a Jesús debe dejar que la naturaleza y la historia sigan su curso y no tomar como excusa deberes sociales remotos o inexistentes. Si quiere seguir a Jesús debe hacerlo de inmediato, porque una vez recibido el llamado, el camino no tiene espera.