Reflexiones Bíblicas

San Mateo 9,14-15

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J



Entonces se acercaron los discípulos de Juan y le dijeron: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?". Jesús les respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. 

Comentario del Evangelio por San Máximo de Turín (hacia 420) obispo 

El origen de la Cuaresma: acompañar a los catecúmenos en su camino hacia el bautismo en Pascua.

Después de este tiempo dedicado al ayuno, el alma purificada y agotada, llega al bautismo. Repara sus fuerzas por la inmersión en las aguas del Espíritu. Todo aquello que había quedado consumido por las llamas de la enfermedad renace del rocío de la gracia del cielo. Abandonando la corrupción del hombre viejo, el neófito recobra una nueva juventud... Por un nuevo nacimiento, renace como criatura nueva, siendo el mismo que había pecado.

Elías, por un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches mereció poner fin, gracias al agua del cielo, a una sequía larga y terrible en toda la tierra (cf 1R 19,8; 18,41) Apagó la sed ardiente del suelo con una lluvia copiosa. Estos hechos se produjeron como ejemplo para nosotros, para que nosotros, después de un ayuno de cuarenta días, merezcamos la lluvia bendita del bautismo, para que el agua celestial riegue toda la tierra árida en los hermanos de todo el mundo. El bautismo como un rocío de salvación pondrá fin a la larga esterilidad del mundo pagano. En efecto, quien no ha sido bañado en la gracia del bautismo padece sequía y aridez espiritual.

Por un ayuno de idéntica duración, el santo Moisés mereció hablar con Dios, convivir con él, recibir de manos de Dios los preceptos de la Ley (Ex 24,18)... También nosotros, hermanos, ayunemos con fervor durante este período, para que...se nos abran también a nosotros los cielos y se cierren los infiernos.