Reflexiones Bíblicas

San Mateo 23,23-26

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el décimo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad! Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera." 


COMENTARIOS

En el libro del Génesis la auténtica imagen de Dios es la pareja humana y no el varón solo o un ser humano abstracto (Gn 1, 27). Los dos tienen un solo proyecto que deben construir en constante diálogo y comunicación. Sin embargo, ese proyecto se puede ver interrumpido cuando alguno oprime al otro o lo somete a un tratamiento cruel e irresponsable. Jesús se preocupa por dejar muy claro que el proyecto original involucra al hombre y a la mujer por igual, y que no se puede tomar por excusa la ley divina para ignorar olímpicamente los legítimos derechos de la otra persona. El famoso ‘libelo de repudio’ era una institución destinada a dar sustento legal a la preeminencia del varón sobre la mujer. Este recurso legal respondía a la dureza de corazón de los varones, o sea, a la falta de comprensión hacia la otra persona y hacia la relación de pareja. En la Biblia la dureza de corazón no es sólo una incapacidad afectiva, sino una opción consciente del ser humano que se niega a abrirse a la acción divina. Jesús critica duramente a sus paisanos por querer cubrir con el manto de la legalidad y de la religiosidad algo que, evidentemente, era una verdadera aberración.

El repudio de la mujer por parte del varón garantizaba únicamente las pretensiones de la cultura patriarcal, pero no era expresión de la voluntad divina.