Reflexiones Bíblicas

San Mateo 9,9-13

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme." Él se levantó y lo siguió. Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: "¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?" Jesús lo oyó y dijo: "No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores."

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Hoy celebramos la fiesta de San Mateo, apóstol y evangelista. Una tradición muy antigua pretende identificar al redactor de primer evangelio con el cobrador de impuestos que, luego, se convirtió en apóstol del Señor. Así lo atestigua Papías en el siglo II. Sin embargo, estudios recientes, basados en los datos del evangelio, llevan a la conclusión que este evangelista es un cristiano de la segunda generación que conocía perfectamente el griego y la ley los profetas judíos. Sea lo que sea, nos interesa fijar la mirada en una persona que se dejó persuadir por el mensaje de Jesús y, preocupado por la progresiva desaparición de los testigos directos, se dio a la tarea de organizar catequeticamente los dichos y los hechos de Jesús, leídos desde la experiencia de pascua: la resurrección.

El autor de la carta a los Efesios señala los rasgos que han de distinguir al apóstol. No solo de aquellos tiempos, sino de todos los que quieran seguir a Jesús en todas las épocas: humildad, comprensión, tolerancia, amor oblativo, unidad y paz garantizada y sellada por el Espíritu de Dios. Cada uno ha recibido un don diferente para el crecimiento y edificación de la comunidad creyente, hasta llegar a la plenitud de la madurez de la fe según el modelo: Cristo Jesús

El relato de la llamada de Mateo, el publicano, sirve a Jesús para señalar el tipo de destinatarios a quienes está dirigido el mensaje. Ante el progresivo rechazo de Jesús por parte del pueblo judío, particularmente de las autoridades religiosas, subraya la progresiva aceptación y apertura del mundo pagano al evangelio. Y no solo es la situación de Jesús. También la de las primeras comunidades que vivieron serios conflictos a su interior. 

Ser apóstol (enviado) de Jesús, significa asumir las contradicciones propias del ministerio.