Reflexiones Bíblicas

San Mateo 4,18-22 

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, pasando Jesús ante el lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: "Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres." Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.

COMENTARIOS

El evangelio expresa en unas fórmulas muy sencillas el proceso del llamado a los discípulos y el seguimiento de Jesús. Pareciera que un buen día aparece Jesús, llama de repente a unos trabajadores, y éstos, dejando sus herramientas, se van detrás de él sin más ni más. Pero, esto es así no porque el evangelista lo haya pensado de ese modo, sino por el género literario que empleó y por nuestra mentalidad actual.

El evangelista en muchas partes refiere acciones continuas de Jesús a modo de resumen. Estas aciones pueden cubrir muchas actividades, muchos meses, incluso años, pero están expresadas en forma de «sumarios». La función de los sumarios es narrar en pocas palabras acciones, enseñanzas y actividades permanente. 

Pedro, Andrés, Santiago y Juan seguramente conocían a Jesús mucho antes de que este los llamara. Es probable que compartieran con él inquietudes y esperanzas. Y, es casi evidente que sentían una común simpatía por el movimiento de Juan el bautista. Este conjunto de intereses, más la amistad que los unía, se configuró más tarde en un relato vocacional como el que hoy leemos. Este relato vocacional es un «sumario» que reúne muchos datos y experiencias que las comunidades recogieron acerca de la vocación de los apóstoles. En el sumario se expresa lo que ellos hicieron durante su vida: «dejarlo todo y empezar a seguir a Jesús».