Reflexiones Bíblicas

San Mateo 18,12-14

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños."

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El evangelio de Mateo nos refuerza la imagen del pastor. Mateo nos ha narrado que los discípulos de Jesús se andaban preguntando ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? Y él, al traer un niño, les enseña que es el más pequeño y débil. Así mismo, les continúa diciendo a sus discípulos, si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, deja las otras para ir a busca la que se le ha perdido. Y cuando la halla, su alegría es inmensa por la que ha encontrado. Estamos hablando de un pastor cuyo único medio de subsistencia son las ovejas que posee. Vive y muere por sus ovejas. La razón de su vida son sus ovejas. Así mismo actúa Dios con todos nosotros, su único rebaño es la humanidad, y su deseo que todos los hombres se salven (1Tim 3,4). Los pequeños (pequeños aquí significa aquellos que han sido relegados por la sociedad, aquellos que han sido rechazados), son los privilegiados del mensaje; Dios va a su encuentro.

Mateo nos muestra en este pequeño relato la lógica de Dios. No es una lógica de la marginación de los pequeños, por el contrario, se trata de buscar la unidad a pesar de las diferencias. El Señor que viene, que debemos esperar, es un Señor que acoge a los débiles, que es como un pastor que no hace diferencia con sus ovejas.