Reflexiones Bíblicas

San Mateo 11,28-30

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, exclamó Jesús: "Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera."

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El evangelio de Mateo nos narra la invitación de Jesús a seguirle y asumir su camino. El evangelista venía hablándonos, unos versículos atrás, de los pequeños, a los cuales Dios les ha revelado los secretos del Reino. Estos pequeños los opone a los sabios e inteligentes, lo cual quiere decir que los pequeños son considerados poco importantes y poco inteligentes; sobre los cuales recaen todos los preceptos de la Ley y a los cuales se les obligaba a cumplir. De esta manera se entiende el evangelio de hoy: Jesús nos presenta un camino por el cual todos aquellos que están cansados y sobrecargados por el peso de la Ley hallaran descanso. 

Tomar el yugo, la ley de Jesús, es comprometerse con los más pequeños. La expresión mansos y humildes de corazón es la manera habitual como el Antiguo testamento llama a los pobres (Sof 2,3; Dan 3, 87). Tomar el yugo de Jesús es asumir compromisos eficaces para que los otros yugos que nos oprimen no sean más cargas absolutas.