Reflexiones Bíblicas

San Mateo 23,1-12

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J



Entonces Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos: "Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo. Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar 'mi maestro' por la gente. En cuanto a ustedes, no se hagan llamar 'maestro', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen 'padre', porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco 'doctores', porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías. Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado". 

Comentario del Evangelio por Las Sentencias de los Padres del Desierto (siglos IV_V) 

"El que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado" (Lc 14,11)

Un día, el abad Macario volvía del campo a su celda llevando unas hojas de palmera. En el camino, el diablo le abordó con una hoz queriéndole herir, pero no lo logró. El diablo le dijo entonces: "Macario, padezco muchos tormentos por tu causa, porque no te he podido vencer. Sin embargo, hago todo lo que tú haces: tú ayunas, y yo no como nunca; tú vigilas, y yo no duermo jamás. Hay una sola cosa en la que me puedes." _ ¿Cuál? preguntó Macario. – "Es tu humildad la que me impide vencerte."