Reflexiones Bíblicas
San Mateo 7, 15-20

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis".

COMENTARIOS

Jesús pone en alerta a sus discípulos frente a los falsos profetas. No basta con la simple apariencia o la charlatanería «convincente». La coherencia entre lo que se dice y se hace es lo que garantiza la autenticidad del creyente y del profeta en particular. Este es el criterio de pertenencia al reino.

Hoy asistimos al surgimiento de movimientos, corrientes, agrupaciones, etc; que dicen tener la exclusividad de la salvación. Solo ellos son dueños de la verdad, los demás están equivocados. Pero los frutos no son coherentes con el discurso o la ceremonia. Demasiada emoción y poco compromiso. La fe y la oración deben estar estrechamente vinculadas con la práctica concreta y eficaz al servicio de los hermanos. De lo contrario no seremos capaces de entusiasmar a nadie.

Los cristianos nos debemos caracterizar no solo por la pomposidad del culto o por los grandes libros teológicos que seamos capaces de producir. Es nuestra forma de vida ajustada al espíritu del Evangelio lo que le dará calidad y coherencia a nuestra propuesta evangelizadora. He ahí el gran desafío