Reflexiones Bíblicas
San Mateo 11, 28-30

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, Jesús exclamó: "Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera".

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Vengan a mi los cansados y agobiados y los aliviaré: Jesús dirige sus invitación a las personas que se sienten decepcionadas del sistema social y religioso vigente porque no responde a sus expectativas y necesidades. El se ofrece como alternativa de vida y esperanza para el pueblo. Pero no es una actitud paternalista. Deben asumir el compromiso con claridad y decisión. Jesús se declara como maestro de humildad y mansedumbre. Por eso él ofrece un horizonte de vida para todos. Asumido así su proyecto se hace llevadero.

Frente a la soberbia y prepotencia del mundo Jesús invita a una actitud de humildad y mansedumbre. La humildad es "caminar siempre en la verdad" (Teresa de Jesús). Implica transparencia y honestidad. La mansedumbre no es resignación o sumisión acrítica. Se manso exige una actitud de sano equilibrio interior. Es mantener la paz del espíritu aún en los momentos más conflictivos de la vida. La mansedumbre implica no dejarse arrastrar por el ambiente de violencia y agresividad que nos rodea. Sólo cultivando la humildad y la mansedumbre podremos contribuir a la búsqueda de la paz y la justicia en el mundo. Y ofrecer, como Jesús, una alternativa de esperanza.