Reflexiones Bíblicas
San Mateo 18, 15-20

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano. Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos".

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Ezequiel retoma la imagen del ángel exterminador tal y como aparece en el libro del Éxodo. En el momento decisivo, luego de la pascua, el grupo se prepara para tomar el camino a la libertas. Pero sólo los que han elegido la vida del desierto, la propuesta de Dios, pueden enfrentar los desafíos del nuevo camino. El profeta Ezequiel aplica esa misma visión a los elegidos para dar testimonio de la obra de Dios, durante la restauración de la comunidad de Israel, después del exilio.

Los principios de fraternidad que Jesús enseño a sus seguidores se convirtieron rápidamente en parámetros básicos para sostener a la comunidad en los momentos de crisis internas. La naturaleza humana es proclive a la amenaza, a la violencia y la discordia. Al colocar todo el énfasis en la lucha por el reino de Dios y no en los intereses sectarios del grupo, Jesús le señaló un camino claro a la comunidad cristiana para superar las fricciones. 

Mateo nos enseña cuál es el mecanismo para superar esas desavenencias sin caer en la arbitrariedad y para evitar cualquier tipo de agresión verbal o física. Pero este camino de reconciliación progresiva y de perdón requiere de un gran esfuerzo por parte de los implicados y de la comunidad. Todos se deben comprometer a buscar el bien común más allá de los intereses individuales o de los intereses del grupo.

En la comunidad son inevitables los conflictos interpersonales, pero lo importante es que esté preparada para enfrentar las dificultades.

La preparación no consiste en la formulación de un conjunto de leyes o un curso de relaciones humanas. La comunidad asume el conflicto interno ante todo con la buena formación de sus integrantes. Seres humanos que se han abierto al Espíritu de Dios y son capaces de vivir un clima de diálogo, tolerancia, compresión y escucha. Personas dispuestas a construir una comunidad de hermanos en la que no prevalezcan ninguna clase de ventajas particulares, pues los únicos privilegiados son las personas más pobres y necesitadas. 

Esta formación lleva al ofendido a buscar a la persona que le ha causado el problema y trata de hacerle ver el error. De este modo, se rompe el círculo vicioso de las ofensas mutuas porque el ofendido toma una actitud reconciliadora. Si el que ofende se niega a reconocer el error cometido, entonces se llama a dos testigos, no para recriminarle la falta, sino para ayudarle a entrar en razón. Cuando esto no funciona, entonces, el problema pasa a manos de la comunidad. Ésta examina si la persona es factor permanente de discordia y crea mal ambiente en la comunidad, entonces, actúa aislándolo, siendo indiferente con su actitud pendenciera.

Hoy necesitamos que nuestras comunidades ofrezcan excelentes espacios de formación. Comunidades abiertas al diálogo, tolerantes y comprometidas con las necesidades de quienes lo necesitan. Iglesias donde las personas que se sientan agredidas por el hermano, se adelanten a ayudarle al otro a reconocer su falta. De esta manera, se enfrentarán los problemas no con la ley en la mano, sino con una actitud cordial, respetuosa y ante todo, fraterna.

¿Cuál es nuestra actitud ante nuestros amigos, compañeros y vecinos cuando se presenta un conflicto? ¿Somos capaces de vivir el amor de Cristo en la vida cotidiana?