Reflexiones Bíblicas
San Mateo 19, 23-30

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Creedme; difícilmente entrará un rico en el Reino de los cielos. Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de los cielos". Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: "Entonces, ¿quién puede salvarse?" Jesús se les quedó mirando y les dijo: "Para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo". Entonces le dijo Pedro: "Pues nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?" Jesús les dijo: "Creedme, cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel. El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre y madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos serán primeros".

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El evangelista Lucas reflexiona sobre la vocación de maría en un momento de la historia en el que las comunidades cristianas habían comprendido la importancia de esta humilde mujer de Nazaret. Ela fue la primera que escuchó la buena noticia y la supo llevar en su vientre. Aprendió a discernir en las vicisitudes humanas los valores perennes que hacen del ser humano un oyente y servidor de la Palabra de Dios. El diálogo con el mensajero le hizo comprender no la importancia de Jesús para nuestra historia, sino el modo como el Señor realizaría este designio. María reflejaba en sus ojos la esperanza que el pueblo pobre tenía depositada en el Señor. Sus manos curtidas por el trabajo y sus pies acostumbrados a los irregulares caminos de Galilea estaban preparados para acompañar al hombre destinado por Dios para ser el Mesías y Señor.

Hoy la iglesia la proclama como «Reina» de los creyentes y reconoce en ella el camino del discípulo o discípula. El reinado de María, como el de su Hijo, es el servicio generoso y desinteresado para los demás. Ella es reina porque primero dejó que el Dios de los pobres reinara en su corazón y convirtiera su vientre en el arca divina de la esperanza humana. Los homenajes que le rendimos sólo embellecen nuestra mirada y nos preparan para comprender el misterio de esa mujer humilde que, desde su humildad, siempre le dio una respuesta generosa a Dios.