Reflexiones Bíblicas
San Mateo 24, 42-51

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que, si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues dichosos ese criado si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera llegará el amo y lo hará pedazos, como se merecen los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes".

COMENTARIOS

Jesús era perfectamente consciente de la propensión de la naturaleza humana por dejarse envolver en las preocupaciones y afanes para terminar sucumbiendo ante ellos. Pues, las distracciones, los trabajos y los compromisos sociales abaten completamente la conciencia humana y las personas terminan por no ver ni siquiera lo que pasa en su entorno. Por eso, les aconseja a los discípulos abandonar los apegos, preocupaciones y cosas para despejar la mente y los sentidos. Así, estarán atentos a la novedad que irrumpe como ladrón en la noche o como patrón en hora inesperada. 

La actitud vigilante y despierta es muy necesaria para los cristianos en el mundo de hoy. Pues, pueden sucumbir al tráfago de informaciones sin descubrir las realmente valiosas. Pueden, igualmente, dejarse envolver de preocupaciones inútiles descuidando el contacto cálido y afectuoso con la comunidad y la finalidad de la obra evangelizadora. Hoy necesitamos formar cristianos vigilantes y despiertos que ayuden a las comunidades a fortalecer la conciencia cristiana y el servicio a toda la humanidad.

¿Cuál es nuestra actitud ante el llamado del Señor? ¿Cómo ayudamos a los grupos de pastoral a crecer en la fe?