Reflexiones Bíblicas
San Mateo 11,16-19

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: "Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado." Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: "Tiene un demonio." Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores." Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios."

COMENTARIOS
El evangelista nos muestra cómo las personas no le creen ni a Juan ni a Jesús. Vino Juan y que no comía ni bebía y no es aceptado, y viene Jesús que come y bebe y tampoco es aceptado. Al contrario, a Jesús se le llama comilón y borracho, amigo de pecadores. El proyecto planteado por Juan implicaba la conversión del corazón y el bautismo para evitar la ira de Dios. Jesús es más radical todavía, se trata de cambiar de corazón, por el amor que nos tiene Dios como Padre, que nos hace hermanos y por tanto todos iguales en dignidad. Es claro que estas predicaciones sonaran muy mal a los oídos del poder. Lo más fácil era negar la profunda realidad de salvación que planteaban, desvirtuando el carácter moral de sus predicadores. Evadiendo la predicación y no afrontándola.
Ante la situación de muerte y marginalidad que el mundo vive hoy, muchos de nosotros buscamos refugios que no nos comprometan con lo que decimos. Queremos la paz y no la construimos, predicamos igualdad cuando discriminamos a los demás. Y cuando alguien pone en tela de juicio nuestra posición, actuamos como la generación que recrimina Jesús, evadiéndonos. Se trata de afrontar la realidad y no evadirla, de comprometernos con ella y no de dejarla de lado, muchas más en nuestro continente marcado por la injusticia, la muerte y la desesperanza.