Reflexiones Bíblicas
San Mateo 10,16-23

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

16 Mirad que yo os mando como ovejas entre lobos: por tanto, sed cautos como serpientes e ingenuos como palomas. 17Pero tened cuidado con la gente, porque os lle varán a Ios tribunales, os azotarán en sus sinagogas 18y os conducirán ante gobernadores y reyes por mi causa, como prueba contra ellos y contra los paganos.

19Cuando os entreguen no os preocupéis por lo que vais a decir o por cómo lo diréis, pues lo que tenéis que decir se os inspirará en aquel momento; 20porque no seréis vosotros los que habléis, será el Espíritu de vuestro Padre quien hable por vuestro medio.

21Un hermano entregará a su hermano a la muerte, y un padre a su hijo; se levantarán en el juicio hijos contra padres y los harán morir, 22y seréis odiados de todos por razón de mi persona; pero aquel que resista hasta el final, ése se salvará.

23Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra, por que os aseguro que no habréis acabado con las ciudades de Israel antes que vuelva el Hombre.

COMENTARIOS

Los recursos a la zoología (v. 16) ayudan a comprender a los Doce que su misión se desarrollará en un clima de oposición y persecución. Eran enviados a las ovejas (v.6) ; pero ahora se hacen a la vez ovejas enviadas a los lobos (v. 16). El tema del lobo designa a menudo a los falsos profetas (Mt 7,15-16; Jn 10,12), los doctores de la ley que pretenden consagrar las interpretaciones que dan a los textos.

Que los discípulos no se metan en la boca del lobo; que, por el contrario, ante el peligro sean desconfiados como las serpientes. No deben buscar situaciones peligrosas, sino evitarlas en lo posible, ocultándose o huyendo de ellas. Que el discípulo sea como una paloma. Esta huye al primer ruido y, no obstante, es simple e irreprochable. Que el cristiano no tenga complacencia alguna por el mundo, y se entregue al espíritu del Evangelio con sencillez.

Mateo no puede menos de pensar en la persecución que se extiende contra la Iglesia cuando escribe su evangelio. Por eso interpola los vv. 17-22, tomados de un discurso escatológico de Jesús. La persecución es la porción normal del misionero, ya que su anuncio de la venida del reino de Dios chocará con las pretensiones de imperios, sinagogas, gobernadores o reyes (vv. 17-18).

Pero el Espíritu (v. 20) es también la porción normal del misionero. Porque transforma su predicación en testimonio, y da testimonio de ella. Pero el Espíritu no puede actuar si el hombre no renuncia a la "preocupación" de la que Mateo previene, la que impide al hombre abrirse confiado a la acción de Dios.


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