Reflexiones Bíblicas
San Mateo 11,25-27

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

25En aquella ocasión exclamó Jesús:

-Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque, has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, se las has revelado a la gente sencilla; 26sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien.

27Mi Padre me lo ha entregado todo; al Hijo lo conoce sólo el Padre y al Padre lo conoce sólo el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

COMENTARIOS

La igual dignidad de Padre e Hijo, revelada en relación recíproca entre ambos, desempeñó un papel importante en el desarrollo de la cristología. Esa es una de las semillas de la Escritura que conducen a la revelación de que el Padre y el Hijo son iguales en la esencia de su ser.

En este pasaje Jesús alaba al Padre porque revela su proyecto a los ignorantes y lo oculta a los que se consideran sabios, inteligentes y poderosos. Sólo los pobres son capaces de comprender el proyecto de Dios. Sólo los pobres, que fueron despojados de su libertad y en su vida no han contado con los elementos mínimos para sobrevivir, pueden comprender que el proyecto de Dios es la justicia y la gratuidad, porque ellos lo supieron vivir; en tanto los poderosos, por su interés de acaparar, no devolvieron a los pobres la dignidad que les corresponde como derecho inalienable. El pobre, que ha sufrido el sometimiento y el desprecio, puede reconocer a Jesús como el liberador. Las obras y las palabras de Jesús acogen y devuelven la dignidad de persones humanas a quienes han sido rechazados por el mundo y la historia; a los desterrados por sistemas de muerte y opresión. El hecho de que Dios haya "escondido estas cosas a los entendidos" nos recuerda la vanagloria de muchos jefes y dirigentes de nuestros pueblos, y de muchos de nosotros, que hoy día nos creemos dueños absolutos de todas las verdades (incluidas las de la fe) y no reconocemos el valor de lo sencillo de la vida en la cotidianidad del existir.

Los pequeños son los discípulos que, asumiéndolo, han oído de verdad el mensaje que Jesús ha revelado; los que se han hecho como niños pequeños para acogerlo de corazón.








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