Reflexiones Bíblicas
San Mateo 20,1-16

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido." Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado." Él les dijo: "Id también vosotros a mi viña."

Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros." Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno." Él replicó a uno de ellos: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos."

COMENTARIOS

San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la Iglesia

Los justos que vinieron al mundo al principio, como Abel y Noé, han sido, por decirlo así, llamados a la hora primera, y obtendrán la felicidad de la resurrección al mismo tiempo que nosotros. Otros justos que vinieron después de éstos, Abraham, Isaac, Jacob y todos los que vivieron en su época, han sido llamados a la hora tercera, y obtendrán la felicidad de la resurrección al mismo tiempo que nosotros. E igual pasará con esos otros justos como Moisés, Aarón y todos los que han sido llamados con ellos a la hora sexta; después, los que les siguieron, los profetas, llamados a la hora novena, gustarán la misma felicidad que nosotros.

Al fin del mundo, los cristianos, que son como los llamados a la hora undécima, recibirán con ellos la felicidad de la resurrección. La recibirán todos juntos. Fijaos, pues, cuánto tiempo los primeros esperarán para recibir la felicidad prometida. Así es que ellos obtendrán la felicidad después de un largo periodo, y nosotros, después de un tiempo corto. Aunque es verdad que la recibiremos junto con los otros, se puede decir que seremos los primeros porque nuestra recompensa no se hará esperar.

Cuando se tratará de recibir la recompensa, todos seremos iguales, los primeros como si fueran los últimos, y los últimos como si fueran los primeros. Porque la moneda de plata, es la vida eterna.