Reflexiones Bíblicas
San Mateo 23,23-26Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: "¡Ay de
vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de
los cielos! Ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que quieren. ¡Ay de
vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que viajáis por tierra y mar para
ganar un prosélito y, cuando lo conseguís, lo hacéis digno del fuego el doble
que vosotros! ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: "Jurar por el templo no
obliga, jurar por el oro del templo sí obliga"! ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más,
el oro o el templo que consagra el oro? O también: "Jurar por el altar no
obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga." ¡Ciegos! ¿Qué es
más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar jura
también por todo lo que está sobre él; quien jura por el templo jura también por
el que habita en él; y quien jura por el cielo jura por el trono de Dios y
también por el que está sentado en él."
COMENTARIOS
El reino de Dios ha sido anunciado por Juan Bautista y por Jesús (3,2; 4,17). Lo
letrados usan de la autoridad de su enseñanza para impedir que el pueblo acepte
ese mensaje, que ellos son los primeros en rechazar. Son la clase de gente a que
alude Jesús en 11,16-19, los sabios y entendidos a quienes se oculta el designio
de Dios (l1,25s). De ahí su responsabilidad: ellos, que, por su saber, debían
haber preparado el camino al reino, son los que impiden que éste alcance sus
objetivos.
La actividad misionera del judaísmo había llegado a su máximo en tiempos de
Jesús. Este acusa a letrados y fariseos de no llevar a los prosélitos al
conocimiento del verdadero Dios, sino de convertirlos en fanáticos del legalismo
que ellos proponen. «Prosélito» era un pagano convertido a la religión judía,
que recibía el baño ritual y la circuncisión y se comprometía a la observancia
de la Ley.
Ser ciegos y guías de ciegos (cf. 15,14) lo muestran por la enseñanza moral que
proponen.
En 5,33-37 excluía Jesús todo juramento en la nueva comunidad. Ahora se refiere
a la praxis dentro del judaísmo y señala que el mismo nombre de Dios queda
cuestionado por la casuística. Ignoran que el juramento tiene una esencial
relación con Dios, representado por el templo, el altar, el santuario o el
cielo. Ellos hacen profano lo que es sagrado: hacen del templo un mero edificio;
del altar y del cielo, una realidad en sí mismos. Los juramentos que ellos
consideran válidos son supersticiosos, como si algo inanimado pudiese imponerse
al hombre. El verdadero juramento tiene siempre una relación con Dios mismo,
sean cuales sean los términos en que se exprese.