Reflexiones Bíblicas
San Mateo 12, 46-50Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J
En aquel tiempo, pasando Jesús ante el lago de
Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su
hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo:
"Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres." Inmediatamente dejaron las
redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago,
hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con
Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a
su padre y lo siguieron.
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Andrés fue el primero en reconocer al Señor como a su
maestro… Su mirada percibió la venida del Señor, dejó la enseñanza de Juan el
Bautista para meterse en la escuela de Cristo… Juan Bautista había dicho: "Este
es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Jn 1,29). Este es el que
libera de la muerte; este es el que destruye el pecado. Yo he sido enviado no
para ser tenido por el esposo, sino como aquel que le acompaña (Jn 3,29). He
venido como servidor, no como maestro.
Estimulado por sus palabras, Andrés deja a su antiguo maestro y corre hacia el
que su maestro anunciaba… haciendo seguir con él a Juan, el evangelista. Los dos
dejan la lámpara (Jn 5,35) y se van hacia el sol… Habiendo reconocido al profeta
del cual Moisés había dicho: "Es a él a quien escucharéis" (Dt 18,15), Andrés
conduce a su hermano Pedro hacia él. Muestra a Pedro su tesoro: "Hemos
encontrado al Mesías (Jn 1,41), a aquel que deseábamos. Ven ahora a gustar de su
presencia". Todavía no era apóstol, y ya conduce a su hermano a Cristo… Fue su
primer milagro.
Basileo de Seleucia (?-hacia 468), obispo