Reflexiones Bíblicas
San Mateo 5,43-48Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto."
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«Ser hijo de Dios» significa parecerse a Él en el modo de obrar (cf. 5,9). Los discípulos tienen por distintivo el amor universal, no pueden conformarse al uso de la sociedad (recaudadores, paganos), que discrimina entre amigos y enemigos.
Con la frase final (48) Jesús descalifica la «perfección» propuesta por los letrados, que consistía en la observancia de la Ley. Lo que hace al hombre perfecto (bueno del todo) y semejante al Padre es el amor que no conoce excepciones.