Reflexiones Bíblicas

San Mateo 16,13-19

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J



Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?". Ellos le respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas". "Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?". Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". Y Jesús le dijo: "Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo". 

Leer el comentario del Evangelio por : Elredo de Rielvaux (1110_1167) monje cisterciense 

"Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (Mt 16,18)

Columnas de la tierra (Sal 75,4): todos los apóstoles lo son, pero en primer lugar los dos cuya fiesta celebramos hoy. Son las dos columnas que sostienen la Iglesia por su doctrina, su oración y el ejemplo de su constancia. El Señor mismo ha afianzado estas columnas. Al principio eran débiles y no se sostenían, ni ellos mismos ni a otros. Aquí se manifiesta el gran designio del Señor: si hubiesen sido fuertes siempre, se podría pensar que la fuerza les venía de ellos mismos. Por esto, antes de afianzarlos ha querido mostrar de qué eran capaces, para que todo el mundo supiera que la fuerza viene de Dios.

El Señor ha afianzado sus columnas en la tierra, es decir, en su santa Iglesia. Por esto hacemos bien en alabar y bendecir a nuestros Padres en la fe que han soportado tantas penas por amor al Señor y que han perseverado con tanta fortaleza. No es difícil perseverar en la alegría, en la prosperidad y en la paciencia. Pero lo que es admirable es perseverar cuando uno es lapidado, flagelado, golpeado por Cristo, y en todo esto, permanecer fiel a Cristo (2Cor 4,12_13)... ¿Y qué decir de Pedro? Incluso si no hubiese padecido nada por Cristo, sería suficiente para honrarlo hoy en su fiesta, el hecho de haber sido crucificado por él. La cruz fue su camino...