Reflexiones Bíblicas

San Mateo 9,32-38

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J



En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado. El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: "Jamás se vio nada igual en Israel". Pero los fariseos decían: "El expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios". Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha." 

Leer el comentario del Evangelio por : Lacordaire (l802_l861) fraile dominico 

"La mies es abundante y los obreros pocos." (Mt 9,37)

¿Fue dicha a algunas personas escogidas y especiales, la palabra siguiente: "Id y predicad!" (Mt 28,19) El apostolado en la Iglesia católica ¿es una particularidad o bien tiene alcance universal? ¿Ha sido únicamente a los discípulos a quien Cristo dijo: "Id a predicar"? No, toda la Iglesia es solidaria de todo lo que se hace en ella. Hay comunión de todo y en todo entre todos los miembros de la familia de Cristo. Decir: "Esto es deber de aquellos cristianos en la Iglesia y no el mío", es decir algo anti_cristiano. San Pedro, dirigiéndose a los primeros fieles, les dijo: "Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio regio y nación santa, pueblo adquirido en posesión para anunciar las grandezas del que os llamó de las tinieblas a su luz admirable." (1Pe 2,9) Herederos de la luz por nuestros antepasados, somos los dispensadores de la luz a nuestros contemporáneos y a los que vendrán después de nosotros.

No es únicamente para vosotros que se ha alumbrado el sol de justicia en vuestro interior (cf Mt 4,2), sino para que ilumine en vuestro entorno. En el plano natural, vuestros ojos no han recibido la luz para guardarla. La reflejan, vuelven hacia fuera la luz de vuestra alma, y quien quiera comunicar con vosotros os mira a los ojos para discernir la luz que hay en vuestro interior. Irradiáis luz en todo lo que sois, y por consiguiente, si tenéis la irradiación natural de vuestras facultades y poderes ¡cuánto más la debéis tener en el orden sobrenatural!