Reflexiones Bíblicas

San Mateo 11,20-24

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J



Entonces Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más milagros, porque no se habían convertido. "¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y cubriéndose con ceniza. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas menos rigurosamente que ustedes. Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. Porque si los milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad aún existiría. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma será tratada menos rigurosamente que tú". 

Leer el comentario del Evangelio por : Beata Teresa de Calcuta (1910_1997) fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad 

Llamados a escoger amar y ser amados

Todos somos capaces de hacer el bien y hacer el mal. No hemos nacido como personas malvadas. Todo el mundo tiene en sí algo bueno. Unos esconden el bien, otros no le hacen caso, pero la bondad está en todos. Dios nos ha creado para amar y para ser amados. Dios nos envían una especie de test para escoger uno u otro camino. La negligencia en el amar nos puede conducir a decir "sí" a la maldad sin darnos cuenta hasta dónde nos puede llevar... Por suerte, tenemos el poder de superar todo por medio de la oración.

Si nos volvemos a Dios, irradiamos amor y alegría en torno nuestro, a todos los que conviven con nosotros. Del mismo modo, si hacemos el mal, extendemos alrededor nuestro el mal. Si estamos cerca de alguien que va por el camino del mal, hagamos todo lo posible para ayudarle y mostrarle que Dios se preocupa de él. Oremos intensamente para que redescubra la oración, que descubra a Dios dentro de si y en los demás... Todos hemos sido creados por la misma mano amorosa de Dios. El amor de Cristo es siempre más fuerte que el mal en el mundo. Debemos, pues, amar y ser amado. Es muy simple y no debería ser una lucha tan grande para llegar a ello.