Reflexiones Bíblicas

San Mateo 17,22-27

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J


Mientras estaban reunidos en Galilea, Jesús les dijo: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres: lo matarán y al tercer día resucitará". Y ellos quedaron muy apenados. Al llegar a Cafarnaún, los cobradores del impuesto del Templo se acercaron a Pedro y le preguntaron: "¿El Maestro de ustedes no paga el impuesto?". "Sí, lo paga", respondió. Cuando Pedro llegó a la casa, Jesús se adelantó a preguntarle: "¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes perciben los impuestos y las tasas los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?". Y como Pedro respondió: "De los extraños", Jesús le dijo: "Eso quiere decir que los hijos están exentos. Sin embargo, para no escandalizar a esta gente, ve al lago, echa el anzuelo, toma el primer pez que salga y ábrele la boca. Encontrarás en ella una moneda de plata: tómala, y paga por mí y por ti". 

Leer el comentario del Evangelio por : San Ambrosio (hacia 340_397) obispo de Milán y doctor de la Iglesia 

"Los hijos son libres"

Cuando Cristo reconcilió el mundo con Dios, ciertamente no tenía necesidad de reconciliarse él mismo con Dios. ¿Por cuál de sus pecados tendría necesidad de apaciguar a Dios, él que no tenía pecado? Así, cuando los judíos le reclaman la dracma exigida por le Ley, Jesús dice a Pedro: "¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra ¿a quiénes cobran los impuestos y contribuciones: a sus hijos o a los extraños? Pedro contestó: A los extraños. Jesús le dijo: Por tanto, los hijos están exentos. Con todo, para que no se escandalicen, vete al lago echa el anzuelo y saca el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás en ella una moneda de plata. Tómala y dásela por mí y por ti." (Mt 17,25_27)

Cristo nos enseña aquí que él no tenía nada que expiar por pecados personales, ya que no era esclavo sino el Hijo de Dios, libre de toda culpa. El hijo es libre, el esclavo está en el pecado. Ya que Jesús es totalmente libre de culpa no paga nada como rescate de su alma, él cuya sangre pagó con creces la redención de todos los pecados del mundo entero. Tiene el derecho de liberar a los demás, él que no tiene deuda alguna.

Pero, quisiera ir más lejos todavía. Cristo no está solo en no tener que pagar nada por la redención o la remisión de pecados personales. Si miras a cualquier persona creyente, puedes decir que nadie debe realizar su propia expiación, ya que Cristo ha expiado los pecados de todos.