Reflexiones Bíblicas

San Mateo 23,1-12

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 


Entonces Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos: "Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo. Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar 'mi maestro' por la gente. En cuanto a ustedes, no se hagan llamar 'maestro', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen 'padre', porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco 'doctores', porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías. Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado". 

Leer el comentario del Evangelio por : Imitación de Cristo 2,2_3 

"El que quiere ser importante entre vosotros, sea vuestro servidor." (Mt 20,26)

Si sabes callar y mantener la paciencia, sin duda alguna, recibirás la ayuda del Señor. El conoce el momento y la manera de liberarte. Por esto te conviene abandonarte a él. De Dios viene el auxilio, la liberación de toda humillación.

En muchas ocasiones es una ventaja para nuestra humildad, que los demás conozcan y critiquen nuestras faltas. Cuando una persona se humilla por causa de sus propias faltas, le resulta fácil apaciguar a los que están irritados contre él.

Dios defiende y libera al que se humilla, lo consuela y lo acaricia. Dios se inclina hacia el humilde, le concede una gracia abundante y, después de su humillación lo levanta a la gloria. Al humilde, Dios le revela sus misterios, lo atrae hacia si y lo invita suavemente a ir hacia él.