Reflexiones Bíblicas Dominicales

Domingo XXII del Tiempo Ordinario, Ciclo C

Introducción a las lecturas

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

Eclco.3,17.18.20.28.29 Hbr.12,18-19.22-24 Lc.14,1.7-14

ECLESIÁSTICO. En griego este libro se llamaba "Sabiduría de Jesús Ben Sirá". Actualmente se le llama Ben Sirá o Sirácida.

Para comprender el pensamiento de Ben Sirá hay que tener presente su concepto de la Sabiduría. La concibe a la manera judía: suficiente conocimiento como para dictar una actitud práctica y suficiente sentido común como para desentrañar los sucesos más delicados. El autor desconfía mucho de toda especulación y especialmente de la sabiduría intelectual de los medios helenísticos.

De hecho, Ben Sirá define así la actitud sapiencial fundamental. Es consciente de que la Sabiduría es única y que reside en Dios: posee el secreto de toda la creación y el secreto de Dios, pero no se revela enteramente al hombre. La suerte del hombre, aunque sea un santo, es la de esperar tan sólo un determinado nivel de esa sabiduría, y sería una presunción querer traspasar esos límites.

Ben Sirá no es un antiintelectual, sino que está convencido de que todo conocimiento auténtico de Dios es inseparable de la fidelidad cotidiana respecto a Él Además, la búsqueda de esa sabiduría no es puramente humana: Dios la acompaña y hace de ella un medio auténtico de participación en su vida y en su misterio.

LUCAS. El cap. 14 de San Lucas está dedicado todo él a "discursos de mesa" del Señor, género literario normal en la antigüedad. El primer versículo sirve de introducción general y determina las circunstancias de tiempo y lugar: el sábado, en casa de un fariseo. A continuación relata Lucas una parábola sobre la elección de puestos y otra sobre la elección de los invitados.. Para dar unidad a esta sección, Lucas imagina que estos discursos los ha dirigido Cristo sucesivamente a los invitados, al señor de la casa y a uno de los invitados.

En los "discursos de mesa" transmitidos por la literatura pagana de la época, los autores presentaban a los comensales reunidos en torno al señor de la casa y subrayaban su pertenencia a la aristocracia o a las esferas de la filosofía. Lucas comienza igualmente con el retrato de los notables fariseos.

Durante la comida, cada invitado tenía que pronunciar un discurso, ya fuese para hacer el elogio del tema estudiado, o ya para exponer sus manifestaciones exteriores. El discurso de Cristo está montado de esa misma forma: el tema elegido es la humildad; Jesús hace la descripción de sus manifestaciones y después la define.

Lucas piensa de manera especial en las dificultades que por entonces encontraban las asambleas cristianas. Era urgente formular reglas concretas inspiradas en el Evangelio.

La intención de Lucas, al presentar los dos relatos que constituyen el Evangelio de hoy, es la de procurar los elementos de una teología de la asamblea dominical. La asamblea cristiana está abierta a todos; no es la asamblea de la salvación, si todos los participantes no se sienten en ella a gusto.