Reflexiones Bíblicas Dominicales

Domingo XXVI del Tiempo Ordinario, Ciclo C

Introducción a las lecturas

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara S.J

 

 

Amós 6,1.4-7 ITim 6,11-16 Lucas 16,19-31

AMÓS. Amós es un hombre del desierto; por esta razón es sumamente sensible a la injusticia social en todas sus formas. El profeta no puede soportar que el lujo insulte descaradamente la miseria. En nombre de Dios condena sin paliativos el despilfarro, la molicie, la injusticia y la seguridad (totalmente falsa) en que cree moverse el poderoso.

Este mensaje de Amós sigue manteniendo actualidad. Su aplicación cobra vigencia en los países donde el bienestar excesivo se codea con la miseria. Y es cosa de sobra conocida cómo las naciones superdesarrolladas económicamente continúan explotando a otras en que la indigencia y la necesidad en todos los órdenes están a la orden del día.

La advertencia del profeta al pueblo de Dios ya está hecha; para los opresores no hay sitio en este pueblo.

LUCAS. Esta parábola parece la descripción literal de situaciones de nuestro mundo. "Hay hombres y mujeres envueltos en lujos, que despilfarran el dinero...; y hay mendigos llamados África, inmigrantes, marginados..." La parábola describe cómo son las cosas y cómo deberían ser.

La cuestión a tenerse en cuenta no es ya la riqueza y la pobreza, sino la indiferencia religiosa, la irreligiosidad y el egoísmo de los hombres incapaces de leer los signos de Dios. Para los que así piensan, la muerte es la meta definitiva de la vida del hombre, sin posibilidad alguna de un "más allá"; incluso una prueba de la resurrección de los cuerpos no llegaría a convencerles, ya que han perdido el hábito de ver los signos de la supervivencia en sus propias vidas. El pedir señales extraordinarias no es más que un falso pretexto: el hombre sólo puede salvarse mediante la audición de la Palabra y la vigilancia; no con las apariciones y los milagros.

La acusación que se hace al rico es no haber compartido los bienes con el pobre. Su pecado es la insensibilidad y la indiferencia ante el sufrimiento humano simbolizado en Lázaro "echado en su portal".

Hay que despertar del sueño de la cruel inhumanidad.