Reflexiones Bíblicas

San Marcos 3,22-30

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara, S.J.



Los escribas que habían venido de Jerusalén decían: "Está poseído por Belzebul y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los Demonios". Jesús los llamó y por medio de comparaciones les explicó: "¿Cómo Satanás va a expulsar a Satanás? Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir. Y una familia dividida tampoco puede subsistir. Por lo tanto, si Satanás se dividió, levantándose contra sí mismo, ya no puede subsistir, sino que ha llegado a su fin. Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa. Les aseguro que todo será perdonado a los hombres: todos los pecados y cualquier blasfemia que profieran. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón jamás: es culpable de pecado para siempre". Jesús dijo esto porque ellos decían: "Está poseído por un espíritu impuro". 

Comentario del Evangelio por Santo Tomás de Aquino : El príncipe de este mundo es echado fuera 

Los milagros de Jesús estaban ordenados en vista a manifestar su divinidad. Ahora bien, ésta debía quedar oculta a los demonios para no impedir el misterio de la pasión. “...de haberla conocido no habrían crucificado al Señor de la gloria.” (1 Cor 2,8) Parece, pues, que Jesús no debía hacer ningún milagro con los demonios... No obstante, el profeta Zacarías había predicho estos prodigios, exclamando: “...arrancaré de esta tierra los nombres de los ídolos.” (Zac 13,2) En efecto, los milagros de Cristo eran pruebas a favor de la fe que él enseñaba. Pero, por el poder de su divinidad, Cristo no debía abolir en los que iban a creer en él, el poder de los demonios, según la palabra de Juan: “Ahora el príncipe de este mundo es echado fuera“. (Jn 12,31)

Convenía, pero, que entre los milagros de Cristo se contaran también los casos en que echaba demonios de lo posesos... Dice San Agustín: “Cristo se dio a conocer a los demonios hasta donde él quería; y lo quiso en la medida que era conveniente... por ciertos efectos temporales de su poder.” Al ver los milagros, el demonio, a base de conjeturas, llegó a saber que Jesús era el Hijo de Dios: “Los demonios sabían que él era el Cristo” dice San Lucas. Si lo confesaban como Hijo de Dios era por simple conjetura y no con certeza, según dice Beda. En cuanto a los milagros que Cristo realizó expulsando demonios, los hizo no en provecho de los demonios sino en provecho de los hombres, para que éstos dieran gloria a Dios. Por esto prohibió a los demonios hablar en su alabanza. San Juan Crisóstomo observa: “No era conveniente que los demonios se arrogaran la gloria de las funciones apostólicas ni que pronunciaran sus lenguas mentirosas el anuncio del misterio de Cristo.”