Reflexiones Bíblicas

San Marcos 12,28b-34

Autor: Padre Juan Alarcón Cámara, S.J.

 

 

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, de los que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron: "Maestro, Moisés nos dejó escrito: "Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero no hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano." Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección y vuelvan a la vida, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete han estado casados con ella." 

Jesús les respondió: "Estáis equivocados, porque no entendéis la Escritura ni el poder de Dios. Cuando resuciten, ni los hombres ni las mujeres se casarán; serán como ángeles del cielo. Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: "Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob"? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados." 

COMENTARIOS

Del Evangelio de hoy, centrado en una polémica con los Saduceos, podemos deducir un rasgo de la persona de Jesús que salta a la vista al leer las numerosas controversias en que Jesús se vio envuelto en su vida pública. A saber: Que Él va siempre al fondo de los problemas. Así a propósito de temas tan controvertibles como el del sábado, el tributo al Cesar, el matrimonio, la observancia de la ley, el mandamiento principal, etc. Jesús no recurre a argumentos aprendidos de las escuelas rabínicas contemporáneas. Ante cualquier pregunta, Él intenta llevar a los que le interrogan a una visión nueva del problema. No se deja encerrar dentro de los términos estrechos desde los que se plantea la cuestión. Se muestra convencido de que hay algo más al fondo, que es preciso recuperar; algo que renueva las cosas desde sus fundamentos. 

Para entender el Evangelio de hoy y aplicarlo a nuestra vida, debemos caer en la cuenta del grupo o escuela que aborda a Jesús. Los Saduceos. Estos como otros muchos grupos y sectores de la sociedad, entiende las cosas desde su pequeño mundo. El encuentro con Jesús les llevará a un nuevo planteamiento de la cuestión. En primer lugar les hace ver que no han sabido entender la Escritura, ni el poder de Dios. Es decir sus argumentos y casuística no tienen base alguna en la realidad de Dios; son producto de su tradiciones e imaginación. En segundo lugar, les hace ver que la resurrección establece una total novedad que rompe con toda lógica. De ahí que la historia de la mujer con los siete maridos resulta ridícula y fuera de contexto. Todavía hoy existen grupos que piensan como los Saduceos. Aquí habría que aplicar aquel adagio que dice: "Hay que distinguir, porque el que no distingue... confunde".