XVI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Mt 13,44-52: Diversas parábolas

Autor: SS. Juan Pablo II

Fuente: almudi.org (con permiso)  suscribirse

 

 

(1 Re 3,5.7-12) "Te doy un corazón sabio e inteligente"
(Rm 8,28-30) "Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para bien"
(Mt 13,44-52) "Saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos


En el Ángelus (29-VII-1984)

---Diversas parábolas

---Unión con María

---Vacaciones

---Diversas parábolas

También hoy la lectura del Evangelio según Mateo en la liturgia dominical nos recuerda la verdad sobre el reino de los cielos, según habló nuestro Señor Jesucristo en algunas de sus parábolas:

-en la parábola del tesoro escondido en un campo;

-en la parábola del mercader, que va en busca de perlas finas;

-en la parábola de la red echada al mar para la pesca.

Al mismo tiempo leemos en la Carta de San Pablo a los Romanos esta afirmación: “Hermanos: Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para bien: a los que ha llamado conforme a su designio” (8,28).

---Unión con María

En la Virgen se realiza de modo más pleno el reino de los cielos. Y también por medio de Ella el Evangelio de Cristo habla a las generaciones de los hombres, que se renuevan siempre.

Recemos, pues, para que crezca en cada uno de nosotros ese amor de Dios del que escribe San Pablo. El amor es la fuente de todos los bienes, porque “a los que aman a Dios todo les sirve para el bien”. El Amor es un don de la gracia divina y al mismo tiempo contribuye a aumentar la gracia. De este modo se realiza también nuestra vocación según el designio de Dios.

Hoy en unión con María imploramos esto para nosotros mismos.

---Vacaciones

Un pensamiento y un saludo particular quiero dirigir hoy a los jóvenes, a quienes el período de vacaciones ve fuera del marco de las ocupaciones habituales. Quisiera desear a cada uno de ellos que sepan hacer de estas semanas “diversas” una ocasión de crecimiento humano, en el encuentro con ambientes y personas nuevas, en la creación de amistades nuevas, en el contacto regenerador con la naturaleza, de la que la vida moderna aleja por fuerza con demasiada frecuencia. Las vacaciones se manifiestan de este modo como una experiencia tonificadora precisamente por las oportunidades que ofrece de ampliar, por una parte, el círculo de los propios conocimientos y, por otra, de encontrar la lozanía y el gozo de las cosas sencillas y genuinas, a las que la vida “artificial” de cada día nos ha deshabituado. Que de todo esto brote en el corazón un sentimiento de gratitud más viva hacia Aquel que es el Creador sabio de toda belleza visible y es la fuente última de todo amor auténtico.