XXI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Mt 16,13-20: María, esclava y reina

Autor: SS. Juan Pablo II

Fuente: almudi.org (con permiso)  suscribirse

 

 

(Is 22,19-23) "Dará un trono glorioso a la casa paterna"
(Rm 11,33-36) "Él es el origen, guía y meta del universo"
(Mt 16,13-20) "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo"

Angelus, en Castelgandolfo (23-VIII-1981)

---María, esclava y reina

---Servir a Dios y a los hermanos

---María, Reina de la paz

---María, esclava y reina

“¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dedo primero para que él le devuelva? Él es origen, guía y menta del universo. A él la gloria por los siglos” (Rm 11,33-36).

En el abismo de generosidad, sabiduría y conocimiento de Dios, y en sus decisiones insondables se funda el hecho de que Ella, que no es sólo llamada “la sierva del Señor”, sino que lo fue realmente, tanto en el momento de la Anunciación que meditamos al rezar el Angelus, como en el momento de su elevación a la gloria, Ella obtuvo una parte singularísima en su Reino. De esta elevación de María nos habla la reciente solemnidad de la Asunción y asimismo la liturgia de la “coronación” en la gloria: memoria de Santa María Reina.

---Servir a Dios y a los hermanos

¿Acaso no se ha hecho realidad en Ella —y sobre todo en Ella— la verdad de que “servir” a Dios quiere decir “reinar”?

Tal “reinar” es el programa de la vida cotidiana que nos enseña Cristo. A este propósito encontramos una enseñanza espléndida en los documentos del Concilio Vaticano II, en particular en la constitución sobre la Iglesia. Fijando, pues, la mirada en el misterio de la Asunción de María, de su “coronación” en la gloria, aprendemos diariamente a servir. A servir a Dios en nuestros hermanos. A expresar en nuestra actitud de servicio la “realeza” de nuestra vocación cristiana en todo estado o profesión, en todo lugar y tiempo. A traducir con esta actitud en la realidad de la vida diaria, la petición “venga a nosotros tu reino” que hacemos todos los días en la oración del Señor al Padre.

---María, Reina de la paz

Que nuestra oración a María sea de nuevo un grito a la Reina de la Paz.