XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Lucas 17, 11-19:
Jornada mundial de las misiones

Autor: Monseñor Juan Rubén Martínez

 

 

Carta monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas
para el 28º domingo durante el año
(14 de octubre de 2007)

 

El domingo anterior iniciamos una reflexión en relación a este mes de octubre donde especialmente rezamos por las Misiones. En este domingo toda la Iglesia celebra la Jornada Mundial de las Misiones, acompañado por un mensaje del Santo Padre, que este año lleva el título de “Todas las Iglesias para todo el mundo”. Nosotros sabemos que la razón de ser de la Iglesia es evangelizar, es la misión. Este será el gran desafío que queremos asumir en nuestro año jubilar.

En nuestra Diócesis experimentamos la necesidad que todos asumamos el desafío de la evangelización y este será uno de los frutos de nuestro primer Sínodo Diocesano. En nuestra provincia y Diócesis, todo crece. El crecimiento demográfico es uno de los más altos del País. Para atender mejor las tantísimas necesidades de la evangelización, deberíamos ahora mismo armar más de 15 parroquias nuevas, cosa que es imposible por falta de sacerdotes e infraestructura, viviendas, templos, salones, autos para que los curas se desplacen a las distintas comunidades. Además del acompañamiento de los sectores educativos, nuestros jóvenes, el mejorar la catequesis , “la caridad”, todo nos reclama ser más misioneros. Aún en medio de nuestras fragilidades no nos quejamos, sabemos que Dios acompaña la evangelización, las vocaciones, el Seminario, los consagrados, los laicos… La clave es que cada bautizado comprenda que está llamado desde su vocación a la misión.

En la reflexión del Papa, nuestra Diócesis está entre las que él llama “nuevas Iglesias locales” y señala que las Diócesis, las antiguas y las que se están armando deben sentirse responsables de la misión ad gentes. Hay congregaciones que tienen como carisma ir a los lugares de frontera, pero el Papa señala especialmente las Diócesis como responsables del envío de sacerdotes y laicos, a otras más necesitadas ejerciendo la comunión de bienes. Nosotros sabemos que queremos también ser una Diócesis misionera, tanto en casa, como en el envío a otros lugares. Iniciamos este camino y sueño con la Diócesis de Xai Xai, en Mozambique, África.

El Papa en relación a las Diócesis y la Misión, nos dice: “Ante el avance de la cultura secularizada, que a veces parece penetrar cada vez más en las sociedades occidentales, considerando además la crisis de la familia, la disminución de las vocaciones y el progresivo envejecimiento del clero, esas Iglesias corren el peligro de encerrarse en sí mismas, de mirar con poca esperanza al futuro y de disminuir su esfuerzo misionero. Pero este es precisamente el momento de abrirse con confianza a la Providencia de Dios, que nunca abandona a su pueblo y que, con la fuerza del Espíritu Santo, lo guía hacia el cumplimiento de su plan eterno de salvación.

El buen Pastor invita también a las Iglesias de reciente evangelización a dedicarse generosamente a la misión ad gentes. A pesar de encontrar no pocas dificultades y obstáculos en su desarrollo, esas comunidades aumentan sin cesar. Algunas, afortunadamente, cuentan con abundantes sacerdotes y personas consagradas, no pocos de los cuales, aun siendo numerosas las necesidades de sus diócesis, son enviados a desempeñar su ministerio pastoral y su servicio apostólico a otras partes, incluso a tierras de antigua evangelización.

De este modo, se asiste a un providencial «intercambio de dones», que redunda en beneficio de todo el Cuerpo místico de Cristo. Deseo vivamente que la cooperación misionera se intensifique, aprovechando las potencialidades y los carismas de cada uno. Asimismo, deseo que la Jornada mundial de las misiones contribuya a que todas las comunidades cristianas y todos los bautizados tomen cada vez mayor conciencia de que la llamada de Cristo a propagar su reino hasta los últimos confines de la tierra es universal.

La Iglesia es misionera por su propia naturaleza, ya que el mandato de Cristo no es algo contingente y externo, sino que alcanza al corazón mismo de la Iglesia. Por esto, toda la Iglesia y cada Iglesia es enviada a las gentes. Las mismas Iglesias más jóvenes (...) deben participar cuanto antes y de hecho en la misión universal de la Iglesia, enviando también ellas misioneros a predicar por todas las partes del mundo el Evangelio, aunque sufran escasez de clero“.

Al cumplir 50 años como Diócesis nos sabemos Iglesia joven y queremos estar agradecidos a Dios, que aún en medio de tantas carencias y requerimientos, e insuficiencias en nuestra Evangelización, nos animamos en el Espíritu Santo a renovar nuestro compromiso misionero, tanto en las urgencias de nuestra Diócesis, como en la misión ad gentes.

 

Mons. Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas