III Domingo de Adviento, Ciclo C

San Lucas 3,10-18: La denuncia del Bautista

Autor: Padre Juan Sánchez Trujillo

 

 

EEn aquel tiempo la gente preguntaba a Juan: "¿Entonces qué hacemos?" El contestó: "El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo."
Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: "¿Maestro, qué hacemos nosotros?" El les contestó: "No exijáis mas de lo establecido." Unos militares le preguntaron: "¿Qué hacemos nosotros?" El les contestó: "No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga."
El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dejo a todos: "Yo os bautizo con agua; pero viene uno que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará con el Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga." Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio. Lucas 3, 10-18.

La acaparación e incomunicación de bienes, productora de tantos lázaros hambrientos y desnudos ; la presión fiscal y los tributos indiscriminados que sufren grandes sectores de las clases menos acomodadas ; la corrupción y tráfico de influencias que a tantos políticos corrompen y degradan ; la deuda externa que vacía los bolsillos de los países tercemundistas ; los bajos precios políticos que los poderosos de la tierra imponen a las materias primas de los países empobrecidos y pobres ... son otros tantos y lamentables indicadores de la deficiente o casi nula evangelización y conversión de nuestros mundos, personales y colectivos, de sarcástica y escandalosa tradición cristiana.

Como fuera Juan Bautista el que hablara y denunciara al hombre de nuestro tiempo, o al cristiano medio de nuestra Iglesia, tan ufanos el uno y el otro por todo lo que suene a progresía y novedad, se haría rentabilísimo y boyante el negocio de hachas con que amenazar raíces de árboles estériles; y subiría muchos puntos la producción de horcas con las que aventar nuestros ingentes montones de paja, tan escasos de trigo y tan aptos para el fuego.

El que los lázaros masivos del tercer mundo tengan que mendigar de los abultados presupuestos de las naciones epulonas de la tierra la calderilla ridícula de un anémico “ 0,7% ”... es un síntoma evidente de la degradación afectiva y de la peligrosidad social en que se encuentran sumidas las economías billonarias de nuestro final de milenio.

Ya nos explicamos que los hombres de buena voluntad y que los profetas contemporáneos de la Nueva Evangelización estén convocando y provocando tanto a los epulones como a los zaqueos de nuestros días - y en cada uno de nosotros y en cada una de nuestras familias hay un epulón convertible en zaqueo - para que abran sus bolsillos a los pobres y su corazón a Jesucristo, quien siendo rico se hizo pobre para enriquecernos a todos ; y de esta manera tanto los ricos como los pobres de la tierra experimentemos la Buena Noticia de la Cena de Navidad, la abundancia compartida del Banquete Mesiánico, el “Gordo” Navideño universalmente distribuido y fraternalmente celebrado.

¡Ojalá que Cristo, que puede más que Juan Bautista, nos “avente” con su Espíritu hacia lo sustantivo del amor fraterno, y nos encienda de su fuego difusivo Nuestro adviento, entonces, será ADVIENTO REAL y nuestras navidades NAVIDAD REAL Y VIVA ... Y sólo así nos haremos menos indignos de desatar las sandalias del que nos preciamos de ser seguidores y testigos.