La Sagrada Familia, Ciclo A.

Autor: Padre Julio Alonso Ampuero 

Fuente: Libro: Meditaciones bíblicas sobre el Año litúrgico
Con permiso de la Fundacion Gratis Date

 

 

Iglesia doméstica
Col 3,12-21


El Concilio Vaticano II presenta a la familia cristiana como «Iglesia doméstica» (LG 11; GS 48; AA 11). La comunidad familiar formada por los padres y los hijos es una comunidad eclesial. Es una comunidad de bautizados que viven con gozo su condición de hijos de Dios y su condición de miembros de la Iglesia, unidos en la misma fe y en el mismo Espíritu (Ef 4,4-6). La segunda lectura de hoy nos presenta algunos rasgos que definen esta iglesia doméstica:
«Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados». La familia es el lugar natural donde se ora, donde se alaba a Dios. Con la misma naturalidad con que se enseña al niño a leer o se le da de comer, se le debe enseñar a orar orando con él. La familia es una comunidad orante. Es necesario recuperar la alegría de la oración en familia, dejando de lado timideces y falsos pudores.
«Enseñaos unos a otros con toda sabiduría, exhortaos mutuamente». Cada uno debe ayudar al otro con el testimonio, pero también con la palabra. Cada uno ha recibido el don de la palabra para ponerlo al servicio de los demás; una palabra que ilumina, que alienta, que estimula, que consuela, que corrige, que abre los ojos, que da vida...
«El Señor os ha perdonado, haced vosotros lo mismo». La convivencia de cada día requiere mucha paciencia, mucha capacidad de perdón, mucha capacidad de ceder... Cristo nos ofrece no sólo el modelo, sino la fuerza para perdonar una y otra vez. Apoyados en el perdón que de Él hemos recibido, también nosotros somos capaces de perdonar siempre.