Bautismo del Señor , Ciclo C.

Autor: Padre Julio Alonso Ampuero 

Fuente: Libro: Meditaciones bíblicas sobre el Año litúrgico
Con permiso de la Fundacion Gratis Date



Hijos de Dios
Is 42,1-7; Hch 10,34-38; Lc 3,15-22

Siendo Hijo, Jesús pasa por el Bautismo para que los que éramos «hijos de ira» (Ef 2,3) llegásemos a ser hijos de Dios. Gracias a Cristo se han abierto para nosotros los cielos, cerrados desde que Adán y Eva fueron expulsados del paraíso (Gén 3,23-24). Gracias a Cristo somos «miembros de la familia de Dios» (Ef 2,19). No deberíamos olvidar nunca la gratitud ni apartar de nuestro corazón el gozo ante esta realidad: «Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!» (1 Jn 3,1).
Hemos sido bautizados «con Espíritu Santo y fuego». El Espíritu es fuego que, derramado en nuestros corazones por el bautismo, nos incendia en el amor a Cristo y a los hombres. No hemos recibido un Espíritu cobarde, sino un Espíritu de energía (2 Tim 1,7) que nos impulsa sin cesar, como a Cristo. Pues también nosotros hemos sido «ungidos con la fuerza del Espíritu para pasar haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo».
La fiesta de hoy debe hacernos reconocer nuestra dignidad de bautizados. En el bautismo radica nuestra identidad. En él hemos recibido la vida misma de Dios y la capacidad de vivir en intimidad con el Padre, con Cristo, en el Espíritu Santo. Dejemos que la gracia del bautismo fructifique en nosotros para la vida eterna.