VII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C.

Autor: Padre Julio Alonso Ampuero 

Fuente: Libro: Meditaciones bíblicas sobre el Año litúrgico
Con permiso de la Fundacion Gratis Date



La propia medida
Lc 6,27-38

Es inconcebible la capacidad de los cristianos de reducir el evangelio a cuatro normas éticas razonables, es decir, a la propia medida. Sin embargo, Cristo quiere llevarnos a lo infinito: «Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso». Quizá el pecado radical es precisamente no contemplar al Padre.
Porque sólo desde ahí es inteligible el mandato de Cristo de amar a los enemigos. No sólo de perdonar –menos todavía el «perdono, pero no olvido», que no es perdón ni es nada–, sino de amar positivamente, hasta dar la vida por los mismos enemigos como ha hecho Cristo.
Bien visto, muchos cristianos tienen de tales sólo el nombre. Aman a los que los aman a ellos, hacen el bien a quien se lo hace a ellos, prestan cuando esperan sacar alguna ganancia. Y lo malo es que no sólo son fallos de hecho pero repudiados, sino que la misma mentalidad, la manera de pensar, no es evangélica, no es la de Cristo.
Y no digamos nada de la sentencia evangélica: «A quien te pide, dale». O del «no juzguéis». Se hace urgente una conversión de los católicos en la mente y en corazón para acercarnos al evangelio del que hemos renegado.