Presentación del Señor

Autor: Padre Julio Alonso Ampuero 

Fuente: Libro: Meditaciones bíblicas sobre el Año litúrgico
Con permiso de la Fundacion Gratis Date



Nos presenta a su Hijo
Lc 2, 22-40

A los cuarenta días del nacimiento, Jesús es presentado en el templo. El texto evangélico subraya que ello sucede para cumplir la Ley de Moisés, que es asimismo la Ley del Señor. Es un detalle que manifiesta el realismo de la encarnación del Hijo de Dios: hecho hombre, se hace en todo igual a nosotros menos en el pecado, y actúa como uno de tantos, como un hombre cualquiera, sometiéndose a las más mínimas prescripciones de la Ley. Profunda obediencia y humildad del Hijo de Dios.
La presentación significa también que Dios nos presenta a su Hijo, como lo reflejan las palabras de Simeón: «Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos». Dios Padre nos manifiesta y da a conocer a su Hijo. Y nosotros, por la eficacia y la gracia de la liturgia, podemos conocer y tener experiencia de Cristo. La experiencia de ver, oír y tocar a Cristo (1 Jn 1,1) no es exclusiva de los apóstoles. También a nosotros se nos concede hoy. Dios Padre nos presenta a su Hijo para que también nuestros ojos vean al Salvador. La única condición es que salgamos decididos al encuentro de Cristo.
María ofrece a su Hijo a Dios para significar que pertenece. Todo primogénito es ofrecido a Dios porque la vida es de Dios y viene de Él. Pero Jesús es el Primogénito de toda criatura y pertenece a Dios más que nadie. Desde el principio de su vida humana, Cristo se manifiesta con-sagrado, dedicado al Señor, y toda su existencia testimoniará de mil maneras –viviendo para el Padre, agradándole en todo, dedicándose a sus cosas...– esa total pertenencia al Padre.