Lc. 2, 1-14:
Los pastores encontraron a María y a José y al niño.

Autor: Padre Julio Cesar Gonzalez Carretti

 

 

a.- Is. 62, 11-12: Mira a tu salvador que llega.

b.- Sal. 96: Hoy brillará una luz sabe vosotros, porque nos ha nacido el Señor.

c.- Tit. 2, 11-14: Según su misericordia nos ha salvado.

d.- Lc. 2, 1-14:   Los pastores encontraron a María y a José y al niño.

e.- San Juan de la Cruz: “Los hombres decían cantares, / los ángeles melodía, / festejando el desposorio/ que entre tales había; pero Dios en el pesebre / allí  lloraba y gemía, / que eran joyas que la esposa/ al desposorio traía” Romance del Nacimiento (vv. 295-300).       

            Si bien la Misa es llamada de la Aurora hay que decir que el Sol brilla en lo alto desde anoche en medio de las tinieblas: Cristo nuestro Dios.

            El breve pasaje de Isaías nos habla de un pueblo en marcha, que avanza, Dios hace oír su voz, ya está presente, en camino con su pueblo. Viene la salvación, llega Dios salvador. Trae su paga, su recompensa, es decir, su venida es un cúmulo de bienes y bendiciones. Su pueblo será: pueblo santo, serán los rescatados de Yahvé;  su nombre será ciudad buscada porque jamás abandonada.

            Pablo, nos introduce en el significado de la venida de Jesús Salvador. Su venida nos ha rescatado de la iniquidad  y nos ha purificado, para formar, un pueblo para Sí, deseoso de hacer bellas obras, es decir, hacer la voluntad de Dios, fuente de toda obra buena.          

            El encuentro de Dios con el hombre pasa por una mujer: María, la nueva Eva. Dios viene al hombre con su propia naturaleza, revestido de carne y sangre humana. En el AT Dios se comunicó con los hombres, pactó con ellos, los grandes Patriarcas, habló por medio de sus Profetas, sin embargo, en la plenitud de los tiempos, decide hacer algo mayor, enviar a su Hijo para devolverle al hombre sus amistad y nada lo aparte de su gracia y de su amor

de  Padre.

            Este encuentro de hoy de los pastores con Jesús es el primero de muchos encuentros que tendrá en su vida. Muchos irán a verlo, otros querrán escucharlo, ver obrar prodigios, etc. Hoy la humanidad está representada por sus padres y estos pastores que acogieron las palabras del ángel y reconocieron que Dios se ha manifestado en ese Niño que encontraron en el pesebre. Es la humanidad pobre, trabajadora, sufrida, la que hace de cortejo de este rey que ha venido del cielo y que ellos adoran con profunda admiración. El gozo que les produjo es inefable, porque ellos, pobres pastores no se esperaban ser mensajeros de tan gran noticia: Nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Los mensajeros son pobres, pero lo que importa  es el mensaje, fuente de riquezas y bienes inmensos: Dios ha cumplido sus promesas de salvación. Desde el Génesis, con Adán y Eva, hasta este día, en la plenitud del tiempo se esperaba al  Mesías; Patriarcas, Profetas y justos se alegran de haber visto este día en la fe: Dios cumple su Palabra: enviarnos un Salvador a la humanidad.

            Ya está aquí, ahora necesitamos estar nosotros presentes de cuerpo y de alma frente al portal de Belén, para rendir nuestro homenaje al Salvador y aprender las primeras lecciones de su magisterio: el amor gratuito que significó la Encarnación y la humildad con que llega a esta humanidad caída. Amor con amor se paga; humillémonos y reconozcamos  en ese Niño Jesús al enviado del Padre de los cielos para nuestra salvación. Pongamos la vida en sus manos y ella se convertirá en lo que hemos soñado toda nuestra vida: ser felices porque desde hoy nuestra existencia tiene sentido vivirla. Feliz Navidad…