Mt. 6, 12-19:
Escoge doce apóstoles.

Autor: Padre Julio Cesar Gonzalez Carretti OCD

 

 

Lecturas: 

a.- 1Cor. 6, 1-11: El hombre de espíritu tiene un criterio para juzgarlo todo.
b.- Mt. 6, 12-19: Escoge doce apóstoles.
c.- S. Juan de la Cruz: “Si quieres ser perfecto, vende tu voluntad y dala a los pobres de espíritu, y ven a Cristo por la mansedumbre y humildad y síguelo hasta el Calvario y sepulcro” ( D 181).

Este pasaje evangélico nos sitúa en el monte, donde Jesús sube a orar. Es en el monte donde lleva a sus primeros discípulos a los que llama apóstoles (v.13), es decir, enviados. Fueron doce los escogidos, como fueron doce las tribus de Israel, fundamento visible de la Iglesia, el nuevo pueblo de Dios. Los nombres de los apóstoles son: “A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor” (vv.14-16). Bajar del monte, al estilo de Moisés, es para comunicar al pueblo lo que el Señor quiere expresar como su voluntad. Lo esperaba una gran multitud de discípulos, admiradores y seguidores anónimos, venidos de todos los alrededores. ¿A qué habían venido? A escucharle, en primer lugar, y luego para que les sanara (vv. 18-20). El ministerio de la predicación pasa luego por la liberación integral de quien sabe que ha venido a traer la salvación al hombre necesitado. Son los fundamentos del nuevo pueblo de Dios: subir al monte para escuchar a Dios, la oración, hacerlo en la quietud de la noche: es la relación del Hijo con su Padre, preludio de lo que será la relación del discípulo con su Dios. Lo ahí orado y recogido por Cristo redunda en los hombres a través del ministerio de la predicación. Escoge colaboradores que anuncien la salvación al pueblo que espera con ansias su llegada. Se vislumbra una futura estructura eclesial: Cristo Jesús, como Cabeza, los apóstoles y el pueblo fiel.
El título de discípulo no es exclusivo de los doce primeros, sino que se aplica a todos los que aceptan la fe y se bautizan, sirven a la misión apostólica de la Iglesia con su testimonio personal. Jesús, sin embargo sigue llamando a seguirle desde la fe y desde nuestra condición de bautizados somos constituidos apóstoles capaces de seguir sus huellas y comunicar la fe. La Iglesia es una, santa, católica y apostólica, porque basada en la fe y el testimonio de los apóstoles. La Iglesia no nace en forma espontanea, sino heredera del deposito de la fe. Herederos de la fe de los apóstoles a través de generaciones de cristianos que creyeron en Cristo a lo largo del tiempo con los sufrimientos y esperanzas de la humanidad. Y nosotros dejaremos nuestra fe y testimonio a las nuevas generaciones de cristianos. De ahí la importancia de vivir y transmitir la fe, somos importantes para el presente como para el futuro de la Iglesia y la humanidad. Responsables del presente y del futuro debemos procurar que la antorcha de la fe se mantenga encendida en nuestras vidas capaces de comunicar a los que vienen una fe renovada por nuestra experiencia que a su vez recibimos. Creemos en el kerigma que recibimos de los apóstoles: que Cristo murió y resucitó para nuestra salvación según las Escrituras (cfr. 1Cor. 15, 3-11). Ellos fueron testigos insignes por lo mismo su testimonio es digno de creerse, fidedigno, con toda seguridad. Lo conocieron, pasaron su vida con ellos, más aún, dieron su vida por ÉL en supremo testimonio como el martirio. Si nosotros creemos en ÉL es por lo que estos testigos escogidos nos comunicaron con su palabra escrita y testimonio recogido por la Tradición. Creemos que Jesús es Señor y está resucitado, que da su vida a quien lo aceptan y le siguen. El Credo apostólico, es la base y centro del creer de la Iglesia, fue del nuevo pueblo de Dios hoy y siempre.
El místico nos ayuda a ser discípulos de Cristo, por su experiencia en los caminos del espíritu, donde reconocer las huellas de Cristo en la propia vida es fundamental y dejarse guiar por su callado amor hasta la transformación total.