III Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
San Lucas 1,1-4; 4,14-21: Hoy se cumple esta Escritura..Autor: Padre
Julio Cesar Gonzalez Carretti OCD
a.- Neh. 8, 2-4. 5. 6. 8-10: Leyeron el libro de la Ley y todo el pueblo
estaba atento.
b.- 1Cor. 12, 12-30: Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro
c.- Lc. 1,1-4; 4,14-21: Hoy se cumple esta Escritura.
Las tres lecturas del inicio de una obra de Dios, cimentadas en la
palabra de Dios: la primera lectura nos habla del nacimiento del judaísmo con la
lectura que hace Esdras de la ley ante el pueblo; San Pablo, luego del misterio
pascual, nos dice que somos miembros del Cuerpo de Cristo si trabajamos en él
activamente y el evangelio nos presenta el inicio del ministerio pastoral de
Jesús en la sinagoga de Nazaret. Todo lo hace nuevo la persona y la palabra y
acciones de Jesús, comienzo del Reino de Dios. Este pasaje del libro de
Nehemías, nos presenta a la asamblea de Israel en la fiesta de los Tabernáculos,
comienzo del judaísmo. Entrados en la tierra prometida los israelitas formaron
una federación de tribus, más tarde, organizaron la monarquía; vueltos del
destierro babilónico vivieron bajo el domino de Persia, Grecia y Roma. Israel
era más bien una organización religiosa, centrada en Jerusalén, el templo, con
un estatuto legal, la Ley de Moisés, la casta sacerdotal, etc. Muchos judíos ya
no vivían en Israel, formaban comunidades por toda la cuenca del Mediterráneo.
Este judaísmo nace con Esdras el año 398 a J.C., en la fiesta de los
Tabernáculos. Leyó la Ley, toda una mañana, ante el pueblo que después de años
volvía a escuchar la palabra de Yahvé. Es la asamblea que renueva la alianza, un
compromiso tan serio que quedó firmado por los representantes de la comunidad.
Se comprometían a vivir la Ley de Moisés, como expresión de la voluntad de Dios
(cfr. Neh.10). El apóstol Pablo ilumina la ignorancia de los corintios acerca de
los carismas, porque antes de ser cristianos también vivían experiencias de
entusiasmo religioso pero en forma desviada respecto a los ídolos. El hombre
carismático, es un creyente auténtico, admite de verdad a Jesús como Señor.
Estos carismas o dones proceden de un solo Espíritu por lo tanto no pueden ser
motivos de división, sino que cada carisma tiene una actitud concreta que tiene
que poner al servicio de la Iglesia. La comunidad eclesial es un organismo que
posee unidad y diversidad, en que todos los miembros son importantes, con lo que
condena la tiranía y el paternalismo de los responsables.
Este evangelio formado por dos textos diferentes pero complementarios, pero dan
una visión total del evangelio. Encontramos el prólogo y la intención del
evangelista y luego presenta a Jesucristo con la impronta profética y mesiánica.
Lucas, establece lo que fue su trabajo de investigar los hechos de la vida de
Jesús y de la Iglesia. Recoge las tradiciones incluidas en Marcos y Mateo, de lo
que se decía de Jesús en la comunidad cristiana primitiva. Comienza por
presentar a Jesucristo, como rostro y palabra del Padre y aceptamos la vida de
la Iglesia primitiva, de ahí, que cada vez que leemos su evangelio, entramos en
comunión con el misterio de Jesús y como lo vivieron los primeros cristianos. En
la sinagoga de Nazaret Jesús asume su rol de Mesías. Debemos aceptarle como
Aquel que viene de Dios y nos comunica la fuerza del Espíritu Santo. Aceptar a
Jesús es actualizar la obra de liberación para los hombres; sólo quien ayuda a
los enfermos, libera a los cautivos y anuncia el evangelio a los pobres de la
tierra, sólo ese ha comprendido el mensaje del maestro de Nazaret. Finalmente el
cristiano está llamado a conocer la solidez de su enseñanza que ha recibido. La
obra de Lucas, es para conocer y meditar para contemplar y amar el misterio de
Jesucristo, rostro bondadoso del Padre.
La Santa Madre Teresa era exigente a la hora de escoger maestro de espíritu para
sus comunidades, quería hombres letrados y santos. Amante de los estudios y
sobre todo de las Sagradas Escrituras. “Así que importa mucho ser maestro
avisado digo de buen entendimiento y que tenga experiencia; si con esto tiene
letras, es grandísimo negocio; mas, si no se pueden hallar estas tres cosas
juntas, las dos primeras importan más, porque letrados pueden procurar para
comunicarse con ellos cuando tuvieren necesidad. Digo que a los principios, si
no tienen oración, aprovechan poco letras. No digo que no traten con letrados,
porque espíritu que no vaya comenzado en verdad, yo más le querría sin oración,
y es gran cosa letras, porque éstas nos enseñan a los que poco sabemos y nos dan
luz, y llegados a verdades de la Sagrada Escritura, hacemos lo que debemos. De
devociones a bobas nos libre Dios.” (Vida 13,16).