Sabado Santo de la sepultura del Señor.
San Lucas 24, 1-12:
No está aquí; ha resucitado.

Autor: Padre Julio Cesar Gonzalez Carretti OCD 

 

a.a.- Lecturas del AT:
- Gn. 1,1-31; 2,1-2 Vio Dios que todo lo que había hecho era muy bueno.
- Gn. 22,1-18: Sacrificio de Abraham, nuestro padre en la fe.
- Ex. 14,15; 15,1: Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto.
- Is. 54, 5-14: Con misericordia eterna te quiere el Señor, tu redentor.
- Is. 55,1-11: Venid a mí y viviréis; sellaré con vosotros alianza eterna.
- Bar. 3,9-15; 32; 4,4: Camina a la claridad del resplandor del Señor.
- Ez. 36,16-28: Derramaré sobre vosotros un agua pura, y os daré un corazón nuevo.

b.- Lecturas del NT:
- Rm. 6,3-11: Incorporados a Cristo por el bautismo.
c.- Ciclo:
Evangelio:
A.- Mt. 28,1-10: Ha resucitado y os precede a Galilea
B.- Mc. 16,1-8: El crucificado resucitó.
C.- Lc. 24, 1-12: No está aquí; ha resucitado.

El evangelio nos pone delante de la tumba vacía de Jesús, su cuerpo no está, como lo comprueban las mujeres que han venido a verle. Su desaparición las desorienta, sin embargo, los hombres resplandecientes, descubren el misterio: “Como ellas temiesen e inclinasen el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recordad cómo os habló cuando estaba todavía en Galilea, diciendo: Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado, y al tercer día resucite. Y ellas recordaron sus palabras.” (vv. 5-8). La resurrección, se comprende ahora desde la palabra de Jesús; lo sucedido es el contenido y la verdad de todo cuanto hizo y predicó Jesús. Para los que rechazan la palabra de Jesús, la tumba vacía seguirá siendo un enigma. En cambio, para los creyentes, los que cumplen su palabra y le siguieron hasta Jerusalén la tumba vacía es signo de triunfo de la vida sobre la muerte: ha resucitado. Quedan abiertas las puertas de la esperanza para nuestra futura resurrección. La fe cristiana no se basa en una tumba vacía, sino en una persona: Jesús de Nazaret. Crucificado, Muerto y Resucitado. Su vida fue una vida abierta al amor del Padre, que lo envió como Mesías, y el amor a los hombres. Su muerte que nos revela todo la vida y el amor del Padre por Hijo y los hombres a quines viene a rescatar del pecado y de la muerte eterna. Comprender desde la fe la resurrección de Jesús, es introducirnos en el misterio de su vida, obras y mensaje, quedar abiertos a la vida nueva que nos viene de su Pascua de Resurrección. Con toda la Iglesia digamos: Aleluya, Aleluya ¡¡¡Cristo Jesús a Resucitado!!! Aleluya, Aleluya.