San Mateo 7, 15-20:
Descubriendo a los falsos profetasAutor: Regnum Christi
Fuente: Regnum Christi Para suscribirse
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 15-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuidado con los
falsos profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son
lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los
espinos o higos de los cardos?
Todo árbol bueno da frutos buenos y e l
árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puedo producir frutos malos y un
árbol malo no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos
buenos es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán”.
Meditación
Descubriendo a los falsos profetas
Jesús alerta sobre otro peligro con el que se pueden encontrar aquellos que
quieren seguir el camino del Reino de Dios: los falsos profetas o falsos
maestros que, con palabras y obras aparentemente buenas, querrán seducirlos y
así desviarlos del camino verdadero.
¡Cuántas verdades a medias se
manejan en nuestro mundo y en nuestra sociedad con toda tranquilidad, y
avasallan tanto al ingenuo como al soberbio! Y hoy en tu Evangelio nos pides,
Señor, ante todo esto, cautela. Pero veo que la cautela que quieres de mí no es
la que repliega sus fuerzas, sino la que las aprovecha con sana astucia y
rechaza, firmemente, involucrada en actividad contraria, a los falsos profetas.
Hay que estar muy cerca de Ti, Jesucristo para descubrirlos y luego ser el árbol
que da frutos buenos, y que entregados a la Iglesia, redunden en beneficio de tu
Cuerpo Místico. Ser ese árbol bueno, o ir creciendo como árbol bueno, implica
enraizarlo en Jesucristo y darle la savia de los sacramentos; dejarlo crecer en
libertad, apoyado en la gracia del Espíritu Santo.
Reflexión
apostólica
Vivamos unidos al Espíritu Santo. Él es el guía y el
artífice de la santidad, es el que nos fortalece en nuestra debilidad, el que
hace que nuestro apostolado llegue a ser fecundo y que podamos dar frutos para
la vida eterna.
El Espíritu Santo debe ser la fuente y el origen de toda
nuestra vida como miembros del Regnum Christi. Vivamos aquello que nos
recomienda el Movimiento, estando abiertos a su acción, incrementando la fe y el
amor a la tercera persona de la Santísima Trinidad. Así llegaremos a vivir con
plenitud nuestra vocación cristiana en la vivencia práctica de la caridad.
Propósito
Dar hoy frutos de reconciliación y de
perdón.