San Lucas 10,13-16:
El llamado a la conversiónAutor: Regnum Christi
Fuente: Regnum Christi Para suscribirse
Evangelio: San Lucas 10,13-16:
En aquel tiempo, Jesús dijo: "!Ay de ti, ciudad de Corozaín! ¡Ay de
ti, ciudad de Betsaida! Porque si en las ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran
realizado los prodigios que se han hecho en ustedes, hace mucho tiempo que
hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza. Por eso el día del
juicio será menos severo para Tiro y Sidón que para ustedes. Y tú, Cafarnaúm,
¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo".
Luego, Jesús dijo a sus discípulos: "El que los escucha a ustedes, a mí me
escucha; el que los rechaza a ustedes, a mí me rechaza y el que me rechaza a mí,
rechaza al que me ha enviado".
Meditación
Este pasaje nos muestra cómo al que más se le ha dado, más se le
exigirá. Podríamos traducir esta exigencia en términos de conversión. Nosotros,
bautizados y guiados en nuestra fe, habiendo recibido innumerables gracias de
Dios, tenemos la obligación moral de corresponder. Es la conversión un llamado
no sólo a los no creyentes o a los que profesan otras creencias, sino a los
propios cristianos. Es el medio que tenemos para que nuestro corazón no se
endurezca. Es la conversión la que hace que el hombre viejo dé paso al hombre
nuevo; es la renovación diaria de nuestro corazón para Dios. Cada día que
empieza es una oportunidad de volver al camino de la voluntad de Dios, de
renovar las promesas bautismales y de reconocer los errores cometidos. Esto nos
mantendrá en continua conversión y nos alejará de llevar un cristianismo hueco y
superficial.
Pero para ello, no basta con asistir sólo a la misa y seguir los mandamientos de
la Iglesia; debemos ir más allá: buscar cada mañana encontrarnos con Jesucristo
a través de la oración, de la alabanza a su nombre y de la lectura diaria de las
Sagradas Escrituras, pues en ellas se nos revelan los misterios del Reino y las
grandes promesas que como hijos de Dios tenemos. Después de leer el evangelio de
hoy, sería bueno preguntarnos si hemos tenido un verdadero encuentro con
Jesucristo o sólo nos hacemos llamar "cristianos" por costumbre o tradición. Y
si hoy sentimos el llamado de Dios a la conversión, busquemos como nunca antes
encontrarnos con Jesucristo, elevándole una oración en la intimidad y clamando
su presencia desde lo más profundo de nuestro ser.
Reflexión apostólica:
El apóstol de este tiempo es aquel que va dando alegría y esperanza a
la gente con la que convive. Es aquel que lucha día a día por su propia
conversión, aquel que busca dar a conocer el amor de Dios a todos los hombres a
través de la predicación incansable del Evangelio para lograr la conversión de
los corazones y la construcción de una civilización de justicia y amor
cristianos.
Propósito:
Descubrir y valorar la fe.