XXX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
San Mateo 22,34-40: Seamos apóstoles de la caridadAutor: Regnum Christi
Fuente: Regnum Christi Para suscribirse
Evangelio: San Mateo 22,34-40
En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había
dejado callados a los saduceos, se acercaron a Él. Uno de ellos que era doctor
de la ley, le pregunto para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento
más grande de la ley?". Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo
tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el
primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los
profetas".
Meditación
En su primera encíclica, el papa Benedicto XVI nos decía que Dios es
amor. El Santo Padre nos quiso recordar que Dios nuestro Señor nos amó y nos ama
hasta el extremo. Y nosotros, los cristianos nos hemos de convertir en los
propagadores de esta verdad, debemos ser los brazos de Cristo, la boca de
Cristo, el corazón de Cristo. Nuestra simple presencia debe ser un espejo de la
bondad de Cristo. Recordemos que no hay auténtica vida cristiana si no está
animada por la caridad. El amor es lo que nos hará poner a Dios en el primer
lugar durante cada jornada. Si le amamos, buscaremos agradarle y cumplir con su
voluntad. El amor nos ayuda también a ser auténticos, es decir, a nunca
considerarnos cristianos si nos permitimos la crítica o la desunión con los
demás. Quien realmente ama a Dios, no puede separar este amor de la caridad al
prójimo. La santidad sin caridad no existe. Dios espera también que le mostremos
nuestro amor con pequeñas expresiones de delicadeza todos los días. Tengamos la
certeza de que un momento dedicado a la oración, una confesión bien hecha, un
acto de paciencia y de bondad con nuestros semejantes, un trato respetuoso con
los que no nos agradan, un acto de servicio o desprendimiento…, todo tiene un
valor inmenso a los ojos de Dios y contribuye a nuestra salvación y a la de los
demás. Seamos apóstoles de la caridad. ¿Qué cosa es evangelizar? ¡Es contagiar
al mundo de la bondad y del amor de Dios!
Reflexión apostólica:
Oremos en familia, en comunidad. La oración crea lazos de comunión.
Ayudémonos unos a otros con el testimonio de la oración cristiana. Si vivimos
unidos a Dios, nuestro amor a Él aumentará y nuestra caridad también. En la
jornada del cristiano, la oración y la caridad son esenciales para cumplir la
misión.
Propósito:
Hoy amaré a Dios en los demás.