I Domingo de Cuaresma, Ciclo B
San Marcos 1,12-15: Los ángeles le servíanAutor: Regnum Christi
Fuente: Regnum Christi Para suscribirse
Evangelio: San Marcos
1,12-15:
En aquel tiempo, el Espíritu impulsó a Jesús a retirarse al
desierto, donde permaneció cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivió allí
entre animales salvajes, y los ángeles le servían. Después de que arrestaron a
Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y
decía: "Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Arrepiéntanse
y crean en el Evangelio".
Oración introductoria:
Señor, ayúdame a vivir esta Cuaresma como un momento de conversión,
como una oportunidad que me concedes para volver a ti con renovado entusiasmo,
para centrar mi mirada en ti y contemplar tu supremo testimonio de amor.
Petición:
Espíritu Santo, ayúdame a corresponder fielmente a tus santas
inspiraciones.
Meditación:
Vemos que Jesús, al comenzar su vida pública, no se precipita dando
discursos, haciendo curaciones o reuniendo a sus discípulos. ¿Cómo comienza
Jesús este período? Obedeciendo al Espíritu Santo, retirándose al desierto para
hacer oración, ayunando, rezando en soledad y en medio del silencio. El Espíritu
Santo nos invita a todos, para que al inicio de la Cuaresma, hagamos lo mismo,
para que reservemos unos momentos de desierto a lo largo de cada día. Para que
seamos contemplativos, a fin de ser conquistadores. Ciertamente no podemos pasar
la Cuaresma retirados en un monte remoto, pero todos podemos hacer más silencio,
y escuchar la voz del Espíritu Santo en nuestro interior. La oración no es un
recurso de emergencia, es el alimento de nuestras vidas. A mayor oración, más
vida, más amor, más unión con Dios, más santidad, más felicidad. No reduzcamos
la oración a unos momentos esporádicos. Busquemos entrar en nuestro interior,
para hablar con el Amigo del alma durante el día.
Reflexión apostólica:
El Espíritu Santo es el verdadero protagonista de nuestros esfuerzos
apostólicos. Él es quien nos ayuda a superar los temores, las reticencias, el
miedo a la entrega, el respeto humano. Él nos da su gracia para abandonar
esquemas apostólicos que no son eficaces. Él abre nuevos caminos, Él nos
comunica la fuerza para predicar el Evangelio. Seamos dóciles instrumentos del
Dulce Huésped del alma.
Propósito:
Escuchar las inspiraciones del Espíritu Santo para que Él me
prepare a celebrar la Pascua con un espíritu renovado.
Diálogo con Cristo:
Jesucristo, te pido que, por obra del Espíritu Santo, descubra la
vocación que he recibido con mi bautismo. Ayúdame a ser dócil a todas sus
inspiraciones que me invitan a hacer más oración y a trabajar mejor por tu
Reino.