San Mateo 5,17-19:
Grande en el Reino de los cielos

Autor: Regnum Christi

Fuente: Regnum Christi       Para suscribirse   

 

Evangelio: San Mateo 5,17-19:

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No crean que he venido a abolir la ley o a los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley. Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos”.

Oración introductoria:

Señor, no permitas que mi fe se vuelva inoperante o muerta. Dame una fe que me lleve de la mano al amor y a la confianza en ti.

Petición:

Señor, dame la gracia de ser coherente con mi fe y con mi vocación cristiana y al Regnum Christi en todo momento.

Meditación:

En primer lugar, prestemos atención a las palabras de Jesús que nos dicen: “El que los cumpla y los enseñe…”. Fijémonos que nos dice “cumplir y enseñar”. Es decir, no es suficiente sólo cumplir, no basta predicar. Hay que vivir con coherencia lo que predicamos. La coherencia es la que da vida a nuestro celo apostólico. La coherencia entre la fe y la vida muestra que es posible vivir de modo diverso a la lógica del mundo. Un apasionado y emotivo discurso, un magnífico plan de evangelización, etc., nunca podrán sustituir el mensaje que transmite la vida entera transformada por Cristo. Cristo nos habla de enseñar sus mandamientos. ¡Todo cristiano tiene una vocación misionera! Cada uno está llamado a predicar y enseñar la fe en Jesús a los demás. La base del compromiso misionero está en descubrir el valor de nuestro propio bautismo. Esa es la fuente de donde se saca la energía para dedicarse incondicionalmente a difundir el mensaje de Cristo.

Reflexión apostólica:

El mundo actual está sumamente necesitado de hombres y mujeres que dediquen su vida a enseñar, a predicar, a testimoniar a Cristo. La Iglesia y el Regnum Christi nos necesitan como personas cualificadas y formadas. Seamos exigentes con nosotros mismos para formarnos mejor y con mayor profundidad. Seamos generosos para capacitarnos, de manera que, irradiemos la luz del Evangelio en nuestro ambiente.

Propósito:

Formarme en mi fe, asistiendo a algún curso, para estar en condiciones de enseñar y predicar a otros.

Diálogo con Cristo:

Jesús, quiero dedicar mi vida a enseñar mi fe a los demás y a predicar tu mensaje. Ayúdame a formarme mejor para poder ser un instrumento dócil y eficaz en tus manos, y en las de mis formadores.