San Juan 14,1-6:
Camino, verdad y vida

Autor: Regnum Christi

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Evangelio: San Juan 14,1-6:

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría dicho a ustedes, porque voy a prepararles un lugar. Cuando me vaya y les prepare un sitio, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy”. Entonces Tomás le dijo: “Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?” Jesús le respondió: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí”.

Oración introductoria:

¡Señor, cuánta seguridad me dan tus palabras en el Evangelio! Nunca estoy solo. Tú estás a mi lado siempre, me ayudas, me acompañas, me sostienes. Tú eres mi paz, mi roca, mi seguridad. Has dado la vida por mí y me esperas en la casa del Padre. No dejes nunca que pierda de vista la meta a la que me llamas. Fortaléceme por medio de esta oración y lléname de tu gracia.

Petición:

Señor, condúceme por tu camino y concédeme un día gozar contigo del cielo.

Meditación:

Jesús nos da la paz que proviene del sabernos amados y redimidos por Él. El cristiano no sólo recibe la paz de Cristo como un don, sino que está llamado también a construir la paz. Todos podemos hacerlo si nos esforzamos por edificar una sociedad más cristiana, buscando el bien para todos y jamás permitiéndonos el ser injustos con los demás. Esta paz también se cimienta en la verdad, cultivando la sinceridad y la transparencia en nuestras relaciones con los otros, siendo fieles a la palabra dada. Promovamos también la paz por medio del apostolado de la benedicencia, llevando alegría, serenidad, gozo a los demás y creando oasis de paz y de unión en todas partes. Jamás nos permitamos hablar mal de nadie, jamás provoquemos la discordia, jamás seamos punto de desunión. Seamos instrumentos de paz. Jesús quiere ser la paz de nuestro corazón, el camino por el que dirijamos nuestras acciones, la verdad que ilumine todo nuestro actuar; en una palabra, Jesús quiere ser el primero en nuestra vida. ¿Dejaremos que Cristo sea todo para nosotros?

Reflexión apostólica:

El amor de Jesucristo es la inspiración y el motor de la fuerza apostólica del Regnum Christi, es el alma de la misión. Por este amor podemos ser instrumentos de caridad y de paz para colaborar en la construcción de una civilización de caridad cristiana.

Propósito:

Viviré todos los acontecimientos con paz, sabiendo que toda mi vida está en manos de Dios y que Él puede sacar un bien de todo lo que sucede.

Diálogo con Cristo:

Jesús, Tú nos da la certeza de que en el seno de la Iglesia siempre viviremos en paz, que caminaremos seguros, aun en medio de tentaciones y dificultades; con ella y en ella no nos equivocaremos, como tampoco se han equivocado los santos que supieron fiarse plenamente de Dios. Señor, gracias por tu paz. En Ti confío.

«Recuerden siempre que el primer apostolado es el del propio testimonio de un cristianismo vivido íntegra y objetivamente en todas sus manifestaciones y consecuencias» (Cristo al centro, n. 147).